miércoles, 30 de octubre de 2013

Adiestramiento tradicional e indefensión aprendida

Muchas veces me han preguntado por qué utilizo el adiestramiento en positivo, cuando el adiestramiento "tradicional", o por la fuerza, "también funciona, y más rápido" (que conste que yo no digo ni que funcione ni que sea más rápido, eso es lo que me dice a mí la gente).

Para mí, la respuesta está clara. Por un lado, está mi ética como persona. No hago daño a un perro si puedo evitarlo, y si puedo ayudar a un perro sin darle un tirón de correa, lo haré. Los tirones de correa no sólo "corrigen" al perro, le meten miedo, le coartan. Cuando trabajas en terapia de comportamiento, no buscas sólo corregir la conducta, sino modificar la motivación, la emoción, que provoca la conducta.

Una conducta es una reacción a algo que ocurre en el entorno. El cerebro recibe una señal (un perro ve a otro perro), y en ese momento reúne dos cosas en la mente: emoción y experiencias anteriores (ese perro desconocido me da miedo porque...). Entonces el perro exhibe una conducta acorde con la emoción que está sintiendo, y su experiencia (como tiene miedo, entra en modo lucha-o-huye, va de la correa, no puede huir, entra en modo lucha). Y ya tenemos un perro agresivo con otros perros mientras pasea de la correa.

Antes de entrar a valorar cómo funciona el método "tradicional" de adiestramiento, voy a explicar qué es la depresión por indefensión aprendida. 

La indefensión aprendida aparece cuando un animal (desde las moscas hasta los humanos) se encuentra en una situación de estrés sobre la que no tiene ningún control. No puede escapar de esta situación, lo que le produce miedo y situación de indefensión. La primera reacción es luchar contra la situación, o huir de ella (la reacción huye-o-lucha de la que hablábamos antes). Pero según pasa el tiempo, y el animal ve que no puede escapar de la situación, la cosa cambia. El animal deja de moverse, deja de luchar, y se deja hacer. Se ha instaurado la depresión por indefensión aprendida. El estado de ánimo cambia, el animal asume que no puede hacer nada para mejorar y se rinde. Lo interesante (y triste) de esta indefensión, es que este comportamiento permanece en el tiempo, y aunque la situación cambie, y el animal pueda volver a controlar el estímulo negativo, no lo hace.

El experimento que originó esta teoría es de los años 60, y se realizó con perros.
En una primera fase del experimento, se disponía a un grupo de perros sujetos con un arnés. Se les administraba una descarga eléctrica, pero mientras que los perros del grupo 1 podían detener el shock presionando una palanca, los del grupo 2 no podían hacer nada por evitar la descarga. El shock, para ese segundo grupo, paraba aleatoriamente (en realidad paraba cuando el perro del grupo 1 apretaba la palanca, pero eso el perro 2 no lo sabía).

En una segunda fase, se colocaba a un perro en un recinto cerrado, del que no podía salir. Se ponía una pequeña verja (saltable) en el medio. El suelo de uno de los lados estaba electrificado, el otro no. Los perros que habían estado en el grupo 1 aprendían rápidamente a saltar la pequeña verja para escapar de la descarga. Los perros del grupo 2 ni lo intentaban, y simplemente yacían tumbados en un rincón del recinto, gimiendo. No evitaban el shock, porque ni siquiera se les ocurría que pudieran hacerlo. Habían generalizado la respuesta de indefensión, habían entrado en depresión.

Os pongo un vídeo de ejemplo, en personas, sobre la rapidez de instauración de esta depresión por indefensión. Está en inglés con subtítulos en español, no he encontrado traducción.

En este vídeo una profesora de psicología entrega un problema a un grupo de alumnos. A todos les da unas letras y les pide que hagan una palabra que contenga todas las letras que están en la tarjeta. La mitad del grupo tiene un conjunto de letras fácilmente ordenables en varias palabras, mientras que la otra mitad tiene unas letras que son imposibles de juntar para formar una palabra. Tras dos intentos de esta forma, la tercera tarjeta, en los dos grupos, tiene un problema de fácil solución. Los alumnos del grupo dos son incapaces de formar palabras con esas letras, a pesar de que el problema tenía fácil solución.



En menos de cinco minutos, y con una tarea bastante poco traumática, unos universitarios se convierten en personas inseguras, dóciles, que no encuentran fuerzas ni para resolver un sencillísimo problema.

Así que ¿qué pasa con nuestros perros durante un adiestramiento "tradicional"?

Pues esto mismo es lo que pasa. El adiestrador llega, coge al perro, le pone una correa. El perro ya no puede huir. El perro empieza a pelear. El adiestrador no afloja, no le deja ir, le cuelga, le da tirones... hasta que el perro entra en indefensión aprendida. Recordemos que se tarda menos de 5 minutos en provocarla, y eso en humanos...

Resultado: un perro que nos sigue, dócil, que  no reacciona a estímulos externos. Lo sacamos de paseo y "se porta fenomenal". ¿Ha aprendido algo? No. ¿Han cambiado sus emociones? No, o  por lo menos no a mejor. ¿Ha funcionado la "terapia"? Pues aparentemente, sí.

Os dejo un vídeo de César Millán. Lo he elegido porque es el programa sobre perros que la gente ve. Y por desgracia, pone en práctica. Y no he buscado mucho, es uno de los primeros que salen cuando metes en youtube "cesar millan pasear perro". Pero es un ejemplo perfecto de lo que os he contado. Hay que fijarse en el lenguaje corporal del perro. No saca en ningún momento el rabo de entre las patas, está totalmente acojonado, y perdonad mi expresión. César se enfrenta a él mirándole fijo (amenaza), le pone una correa (ya no puede huir), se pelea con él un par de minutos (y gana, claro, el collar en la garganta es muy doloroso, y el perro no es nada agresivo) y voilá! tiene al perro paseando por su barrio sin atacar a nadie ni tirar de la correa. Fijaros en el cuerpo del perro. Va mirando al frente sin atender a nada, echando señales de calma a diestro y siniestro, con el rabo entre las patas. ¿Es un perro curado? No, es un perro deprimido.



Pero ¿cuál es el problema? preguntaréis. El perro se porta bien en la calle, que es lo que yo quiero...

Pues el "problema" (aparte de la ética de todo el asunto) es que la indefensión no dura para siempre. Al cabo de unas 48 horas, el efecto empieza a pasarse. Así que entonces tienes que seguir torturando al animal, para que siga en ese estado de depresión, que siga "portándose bien". Cosa que casi ningún dueño hace... no sé si por gracia o por desgracia...

Total, que como no hemos cambiado el origen del problema, el problema vuelve a resurgir. Si teníamos un perro que tenía miedo de otros perros, y se comportaba agresivamente con ellos, les seguirá teniendo miedo. Y ahora viene lo peor. Porque tu perro antes no te tenía miedo a tí, pero ahora sí. Y antes confiaba en tí, pero ahora no. No sólo eso, sino que has intensificado el miedo del perro, así que cuando reaccione, reaccionará más intensamente que antes. Si sólo ladraba, gruñirá, si gruñía, morderá, y si mordía... pues se saltará todos los pasos intermedios (que claramente no funcionaban para mantener alejado el peligro) y pasará del punto 1, ver a un perro, al punto 5, morder al perro, sin dar ni un aviso.

Y hay más consecuencias a la depresión, aparte de las obvias. Los perros generalizan esa ansiedad, y la presentan en más situaciones. Generalizan el miedo, y empiezan a tener miedo de cosas que antes toleraban. Sufren problemas de estómago y enfermedades relacionadas con el estrés. Sus circuitos cerebrales cambian, y les dejan de gustar cosas que antes les gustaban.

Que ¿cuál es la solución?

Pues trabajar con el problema real, que no es que el perro tire de la correa, o que se pelee. El problema normalmente es que el perro tiene miedo (o ansiedad). Y si no eliminamos el miedo, no hacemos nada. Hay que desensibilizar al perro, hacer un contracondicionamiento, o practicar el B.A.T. 

Lo que sea, menos torturar al perro, que ya tiene suficiente.

PD: no quiero hablar de los adiestradores que (por desgracia) salen en la tele, sean extranjeros o nacionales. He elegido este vídeo, pero como éste hay unos mil, de César Millán y de otros adiestradores. Que hacen burradas tremendas a diario delante de millones de personas. Os invito a quitarle el sonido a los programas y a observar a los perros. Sus posturas, sus señales de calma. Y las de ellos. A ver si podéis mirarlos más de diez minutos... sin cabrearos. Yo  no.

Inspiración (y cabreo) vía un vídeo de denuncia que subió mi amigo Richard, de Dogsenjoy. Id a ved el vídeo, pero os advierto que es muy, muy duro.


Bibliografía:


1.
Enkel, T., Spanagel, R., Vollmayr, B. & Schneider, M. Stress triggers anhedonia in rats bred for learned helplessness. Behavioural Brain Research 209, 183–186 (2010).

2.
Overmier, J. Bruce & Seligman, Martin E. Effects of Inescapable Shock Upon Subsequent Escape and Avoidance Responding. Journal of Comparative and Physiological Psychology 63, 28–33 (1967).


Teresa Marías www.psicologiaveterinaria.es

lunes, 28 de octubre de 2013

Amigos imaginarios

- ¿Ya estás trabajando en tu redacción? ¡No hay que entregarla hasta el jueves!
- Sí, ya lo sé, mamá dice que las pastillas deben estar funcionando
- Bueno, ya, pero está nevando fuera, y pensé que, podíamos...
- Perdona ¿qué?, no te estaba escuchando, de verdad que debería acabar ésto...
Calvin y Hobbes

Pollito tiene un amigo imaginario. Bueno, uno no, tiene cinco. Ella todo lo hace a lo grande...

Desde este verano, juega con "sus niños" los ratos que se queda sola. Al principio, la verdad, es que nos daba como repelús. Es un poco inquietante oir a tu hija hablar sola, y no con sus muñecos, no, sino a una "audiencia". Lo peor fue cuando nos quejamos de que estaba durmiendo peor, y nos explicó que es que sus niños la molestaban y no la dejaban dormir. Ay madre...

Pero en realidad esta niña es muy razonable, y cuando le preguntamos si eran de verdad o inventados, nos miró con cara de "estos no se enteran" y nos dijo que claro, que eran imaginados. ¿Y por qué no te imaginas unos niños buenos que no molesten? Mano de santo. Tiró a los "niños malos" por la ventana (o eso dijo ella) y se quedó con unos niños buenos, que son cinco, que juegan con ella. Tienen cuatro años, y no molestan. Tienen unos nombres raros que Pollito se va inventando sobre la marcha, y que yo creo que van cambiando según su humor.

Y ella es feliz, así que no deberíamos preocuparnos ¿no?
Pues no, claro, te preocupas. Tener amigos imaginarios ¿es normal?

Ale, pues como yo me tiro al trapo, todo el fin de semana llevo leyendo sobre el tema, a ver si es normal, o si significa que le falta algo. Y os lo cuento.

Los amigos imaginarios, según los psicólogos, pueden ser de dos clases. Totalmente imaginarios (o invisibles), o muñecos personificados. En ambos casos, no se ha podido comprobar que supusieran un problema para el niño, o que fueran consecuencia de problemas de relación con otro niños.

Aproximadamente la mitad de los niños tienen un amigo imaginario. La mayoría de estos niños son hijos únicos o primogénitos, lo que hace pensar que son niños que juegan a ratos solos. Y se imaginan compañeros de juegos, para que les hagan compañía, o para practicar el juego con otros niños. Lo que está claro es que cuando aparece un niño real, se olvidan del imaginario rápidamente.

Es más, parece que los niños con amigos imaginarios tienen mayores tendencias sociales. Son niños que se llevan bien con otros niños, y que cuando tienen otros niños alrededor son bien aceptados por ellos. No son más tímidos o más inseguros (o más mandones) que los otros niños, al contrario, en algunos casos parece que la práctica de las relaciones sociales con los amigos imaginarios les ayuda a mantener mejores relaciones con otros niños.

Sí que parece existir un perfil de personalidad de los niños con amigos imaginarios. Suelen ser  niños muy creativos y fantasiosos, con una gran sensibilidad con las emociones de los demás. Son niños que desarrollan antes la teoría de la mente, y que tienen una narrativa más desarrollada más precozmente. Es decir, su vocabulario es igual que el de los niños sin amigo imaginario, pero cuentan historias más hiladas y con más detalles. Tampoco son niños que no reconozcan la diferencia entre realidad o ficción. Saben perfectamente que sus amigos no son reales, sino inventados. Pero les da igual...

También se ha estudiado si estos niños tienen problemas de adaptación cuando crecen, y no lo parece. Y se ha estudiado el fenómeno en adultos, por si esto tiene efecto en relaciones sociales futuras, y tampoco lo parece. Sí que es verdad que los niños con amigos imaginarios de mayores siguen siendo personas emotivas, creativas y con empatía.

En resumen, que ni es bueno, ni es malo. Es el resultado de mucha imaginación, y grandes dosis de tiempo libre sin otros niños alrededor.

Y vuestros niños ¿tienen o tuvieron amigo imaginario?

Por si os apetece profundizar en el tema, os dejo la

Bibliografía:

Bouldin, P., & Pratt, C. (1999). Characteristics of Preschool and School-Age Children with Imaginary Companions. The Journal of Genetic Psychology, 160(4), 397-410. doi:10.1080/00221329909595553
Bouldin, P., & Pratt, C. (2002). A systematic assessment of the specific fears, anxiety level, and temperament of children with imaginary companions. Australian Journal of Psychology, 54(2), 79–85. doi:10.1080/00049530210001706533
Gleason, T. (2004). Imaginary companions and peer acceptance. International Journal of Behavioral Development, 28(3), 204-209. doi:10.1080/01650250344000415
Gleason, T. R., Jarudi, R. N., & Cheek, J. M. (2003). Imagination, Personality, and Imaginary Companions. Social Behavior and Personality: an international journal, 31(7), 721-737. doi:10.2224/sbp.2003.31.7.721
Gleason, T. R., Sebanc, A. M., & Hartup, W. W. (2000). Imaginary companions of preschool children. Developmental Psychology, 36(4), 419-428. doi:10.1037/0012-1649.36.4.419
Hoff, E. V. (2005). Imaginary Companions, Creativity, and Self-Image in Middle Childhood. Creativity Research Journal, 17(2-3), 167-180. doi:10.1080/10400419.2005.9651477
Pearson, D., Rouse, H., Doswell, S., Ainsworth, C., Dawson, O., Simms, K., … Faulconbridge, J. (2001). Prevalence of imaginary companions in a normal child population. Child: Care, Health and Development, 27(1), 13–22. doi:10.1046/j.1365-2214.2001.00167.x
Taylor, M., Carlson, S. M., Maring, B. L., Gerow, L., & Charley, C. M. (2004). The Characteristics and Correlates of Fantasy in School-Age Children: Imaginary Companions, Impersonation, and Social Understanding. Developmental Psychology, 40(6), 1173-1187. doi:10.1037/0012-1649.40.6.1173
Taylor, M., Cartwright, B. S., & Carlson, S. M. (1993). A developmental investigation of children’s imaginary companions. Developmental Psychology, 29(2), 276-285. doi:10.1037/0012-1649.29.2.276
Trionfi, G., & Reese, E. (2009). A Good Story: Children With Imaginary Companions Create Richer Narratives. Child Development, 80(4), 1301–1313. doi:10.1111/j.1467-8624.2009.01333.x


Teresa Marías www.psicologiaveterinaria.es

viernes, 25 de octubre de 2013

Tarta fría de melocotón, sin gluten



Ésta es una de esas recetas de aprovechamiento, pero de las buenas. La hice en la playa, con dos cazos y un molde, sin horno ni ingredientes raros, con lo que había por los armarios (nos íbamos al día siguiente y había que dejar vacía la nevera), y dos tonterías que compré en el Mercadona. Lo bueno de veranear en Alicante, oye, tienes un Mercadona siempre cerca.

La parte del melocotón en almíbar la tomé de una receta de Martha Stewart, pero con bastante manga ancha. Puedes cambiar la fruta por la que quieras, cualquiera de ésas que compras a kilos en el mercadillo porque es de temporada y está muy barata, y al llegar a casa te das cuenta de que ya está muy madura, y tu familia no es capaz de zamparse dos kilos de melocotones (o de albaricoques, de manzanas, peras, ciruelas, fresas, cerezas...) en dos días.

La parte de la crema, igual. Yo la hice con un bote de leche ideal, que habíamos abierto y se iba a estropear. Pero puedes ponerle cualquier lácteo (cuanta más materia grasa, más rico estará, con nata, o queso filadelfia queda riquísima) o incluso sustitutos de soja o arroz.

Y con la base, lo mismo digo. Puedes usar cualquier paquete de galletas que esté aburrido por ahí. O ese que te regaló un amigo con todo su amor, porque vio que era sin gluten y lo compró para tí, pero que, seamos sinceros, no hay quien se las coma. Yo usé un paquete de galletas maría de gullón, que me traje de Madrid y que llegó totalmente hecho miguitas.

Esta receta, además, se hace sin horno. Que en invierno no pasa nada, pero en verano, qué pereza da encenderlo. También viene bien para hacer en casa ajena, cuando tienes miedo de contaminarla, puesto que sólo necesitas un par de cazos.

Bueno, al lío.

Para los melocotones:



1 kg de melocotones (yo puse melocotones y albaricoques) muy maduros, pelados, partidos por la mitad y sin el hueso
1 botella de vino dulce (yo tenía media de vino blanco, y le añadí un poco de moscatel)
750 ml de agua
100 gr de azúcar
1 vaina de vainilla, abierta y sacadas las semillas (o 2 cucharadas de azúcar avainillado)
Especias: la receta original es con cardamomo y anís estrellado. Yo no tenía, así que miré por la cocina, y puse 1 puñadito de clavos de olor, una rama de canela, y la piel de 1 naranja.

Pon todos los ingredientes en una olla grande y remueve para que se disuelva el azúcar. Pon a fuego fuerte hasta que hierva. Cubre con un papel vegetal (así los melocotones no flotan, y no salpica, truco Martha Stewart total) y baja el fuego hasta que hierva lento. Deja de 8 a 25 minutos, dependiendo del tamaño de los trozos y el tipo de fruta, hasta que se ablanden. Yo saqué los albaricoques a los 10 y los melocotones a los 20. Vuelve a subir el fuego, quita el papel vegetal, y deja que todo hierva a fuego fuerte hasta que almíbar haya reducido, y te quede como un vaso (unos 20 minutos más, o media hora). Reserva el almíbar.

Para la crema:

1 bote de leche ideal, o 250 ml del lácteo que te apetezca: nata, queso filadelfia, yogur griego... o incluso sustitutos de soja o arroz
El vaso de almíbar, menos tres cucharadas.
8 hojas de gelatina (cola de pescado).

Saca las hojas y ponlas en un bol con agua unos 10 minutos, para que se hidraten. Mientras tanto, pon en la olla el almíbar y la leche, y calienta hasta que hierva. Apaga el fuego, y echa dentro las hojas de gelatina, remueve hasta que se disuelvan.

Para la base:

1 paquete de galletas (yo maría de gullón)
125 gr de mantequilla o margarina

Mete las galletas en una bolsa de plástico, y pasa el rodillo por encima hasta que sean todo miguitas. Añade la mantequilla en trocitos pequeños y mezcla hasta que quede como una masa.

Para decorar:

1 lámina de gelatina neutra
3 cucharadas del almíbar de melocotón

Remoja la lámina para  que se hidrate (10 minutos), calienta el almíbar y mezcla con la gelatina hasta que se disuelva.

Montaje de la tarta:



En un molde desmontable, pon una base de la masa de galleta triturada. Aplástalo bien, para que quede firme y homogénea.

Vierte la crema por encima y métela en el frigo un par de horas, hasta que se endurezca y gelatinice.

Corta los melocotones en rodajas, y colócalos por encima de la capa de crema. Vierte las tres cucharadas de almíbar con la gelatina por encima, para que brille todo y quede más bonito. A la nevera media hora y
¡listo para comer!


No me digáis que no queda preciosa. Pues además es fácil de hacer, está buenísima, y el toque de especias da un toque muy original. Dejaréis a la familia alucinada.


Teresa Marías www.psicologiaveterinaria.es

miércoles, 23 de octubre de 2013

Saber cuando decir adiós


Sabéis que este verano lo hemos pasado mal, con la pobre Tosca. Y es que es muy difícil tomar la decisión de ayudar a un perro a morir. ¿Cómo sabes cuando es el momento de decir adiós?

He pensado que escribir este post ayudaría a otras personas en mi situación, a aclarar su mente y tomar una decisión con menos angustia.

Lo primero es la razón que  nos lleva a ello. Normalmente se eutanasia a un perro por alguna de estas razones: enfermedad terminal, estado crítico, falta extrema de calidad de vida, enfermedad irreversible por razones de salud o económicas del dueño, o por problemas de comportamiento. Los problemas de comportamiento los voy a dejar para otro post, que ya suficientemente complicado va a ser éste.


Cuando tenemos un perrito que está muy mal, y está sufriendo, muchas veces es casi fácil tomar la decisión. Tras un atropello, o una cirugía complicada, estados epilépticos... Pero ¿y cuando el perro lleva una vida limitada pero más o menos normal?

Bueno, a veces simplemente "lo sabes". Tu intuición y tu empatía te dicen que hasta aquí, que el perro ya no quiere vivir, o no tiene calidad de vida. Pero algunos necesitamos datos más objetivos para decidirnos. Dicen que si es así, viene bien hacer una lista de las cinco cosas que más le gustaban hacer a tu perro, y valorar cuántas puede seguir haciendo. Comer, saltar, salir de paseo, olfatear... pueden ser éstas cosas, o alguna otra. Para mí, cuando Tosca, en un mismo día, no quiso salir de su cama, no quiso comer, y no salió a recibirme cuando volví de salir a hacer un recado... fueron mi "señal de alarma".


Un perro viejo puede pasarse casi todo el día tumbado, pero aun así tiene pequeños picos de actividad que le "alegran el día". Y si ya no tiene ninguno de ellos, me parece que es hora de tomar decisiones.

Yo tengo la suerte (o no) de ser veterinaria, y poder encargarme del hecho yo misma. Pusimos a la perrita en una colchoneta en el jardín, y lo hicimos allí mismo, con ella entre los brazos. Para los que no tengáis esta opción, os cuento cómo se suele hacer.


Lo primero es hablar con el veterinario. Supongo que para cuando llegue el momento, el veterinario ya habrá tratado a tu perro anteriormente y también puede ayudarte a tomar la decisión. Antes de nada, te hará firmar un papel de autorización de eutanasia, y de la decisión para la recogida del cuerpo.

Puedes pedirle que lo haga en tu domicilio, o si en esa clínica no hacen visitas domiciliarias, pedir que te remita a alguien que sí que lo haga, si lo preferís así. Si lo haces en la clínica, también tienes la opción de quedarte mientras se hace, o salir de la habitación. Esta decisión es sumamente personal, y nadie la puede tomar por tí.


También ten en cuenta que a veces no hay que tomar la decisión y hacerlo en el mismo día. Puedes pedir la cita para unos días después, para despedirte con calma. Dar un paseo largo, alimentar a base de caprichos insanos unos días, aprovechar para pasar una tarde de masaje en un sofá... solo tú puedes saber si eso va ayudarte a asumir la pérdida, o si va a ser mejor hacerlo rápidamente una vez la decisión está tomada. Yo me pasé una semana dando caprichos de comida especiales y haciendo fotos a Tosca, pasando mucho rato en el sofá junto a ella. Cada uno se despide a su manera.

Una vez estás con el veterinario, lo más habitual es ponerle a un perro un sedante suave, pinchado intramuscular. Cuando el perro está tranquilo, medio dormido, se le pone una vía en una de las patas delanteras. La vía no duele. Entonces normalmente te dejan un ratito con el perro, y luego se le pone, por la vía, un anestésico potente. Es un barbitúrico, que se usaba habitualmente en las anestesias. El perro no sufre ningún tipo de dolor, sino que se va quedando dormido hasta que pierde la consciencia. Entonces se sube la dosis de ese mismo anestésico, que a dosis elevada para el corazón.


En el perro no se suele ver ningún tipo de reacción, nada más que una relajación progresiva, hasta que deja de respirar y de moverse. Entonces el veterinario lo auscultará, o le conectará a un monitor cardíaco, para verificar la muerte. Y ya está.

Nosotros elegimos enterrar a Tosca en un rincón del jardín, pero eso (aparte de no muy legal, en realidad) no es una opción para todo el mundo. Lo más frecuente es que la clínica se haga cargo del cuerpo. Se llama a una empresa especializada, y se puede elegir si se prefiere que lo entierren o que lo incineren, de forma colectiva o individual. Hay cementerios para perros, sí, aunque son muy caros. Si no puedes hacer ese desembolso, pero te da cosa "abandonar" el cuerpo de esa forma, la incineración individual es una buena opción. Al cabo de unos días te devuelven las cenizas en una cajita, y así puedes enterrarlas en algún sitio que tenga especial significado para vosotros.


Llora lo que tengas que llorar, y deja que tus familiares y tus niños lloren. Es un perro, pero ha formado parte de tu familia, algunos muchísimos años, para tus hijos probablemente toda su vida. No te cortes en llorar en el veterinario. Lo comprenden perfectamente. (Si el veterinario sale de la habitación, muchas veces es por no llorar delante de tí. Sí, les cogemos mucho cariño a nuestros pacientes, y siempre es duro decirles adiós.)

Si tienes niños, ofréceles despedirse, y no les cortes cuando lloren. Pero tampoco les fuerces. Responde a sus preguntas lo más sencillamente que puedas, según tus creencias o las de tu familia. Y respóndelas todas las veces que haga falta, que los niños muchas veces necesitan un tiempo para procesar la información, y más para procesar la pérdida.


Y date tiempo. Aunque sea un perro, y te parezca una tontería. Haz tu duelo como lo necesites. Espera para coger otro perro, si así lo habéis decidido. Si coges otro perro demasiado seguido, la sombra del primero le perseguirá toda su vida. Espera un mes o dos, y luego decide con la cabeza fría.

Y sí, aunque pase el tiempo, no te sorprendas cuando de repente te pongas triste porque...
¿Qué hago yo ahora con el fondo del yogur?
¿Por qué tengo los pies fríos en el sofá?
¿Qué hago yo ahora a las 9 de la noche, la hora de salir a pasear?
¿Quién limpia los restos de debajo de la trona?
Pero sobre todo...
... ese vacío cuando abres la puerta de casa, y nadie sale tembloroso a saludarte como si hiciera un mes que faltas de su vida...

... seguimos en proceso, y menos mal que tengo a Marco y a Mí...


Las maravillosas fotos no son mías, son de Nancy Levine, de su trabajo "Senior dogs across America". Pinchad y disfrutad.


Teresa Marías www.psicologiaveterinaria.es

lunes, 21 de octubre de 2013

Mi bebé me muerde


A Gatito le han empezado a salir los dientes. En los últimos quince días le han salido ya los dos de abajo, y la pobre lleva unos días muuuy inquieta. Entre eso, y el comienzo de la guarde, no es su mejor racha, que digamos.

Y mira que está mona, con sus dos dientecillos aserrados asomando, peeerooo... ¡yo estoy fatal!

Porque a Gatito le ha entrado complejo de cachorro de terrier, y está que lo muerde todo. Las zapatillas son su objeto preferido (sí, como un cachorro de terrier) y se quita las suyas a la menor ocasión, o gatea hasta encontrar una de las nuestras. Y muy sano eso no debe ser... puaj, mejor no lo pienso. Me paso el día quitándole zapatillas de la boca, cada vez que me despisto un minuto, ya ha encontrado otra (su hermana se quita las zapatillas en cuanto entra en casa, y las suele dejar tiradas donde le pilla).


Pero lo peor, lo que peor llevo, es la lactancia. Tenemos un bache serio. Y es que ha cogido la costumbre, con el chupete, de agarrar con los dientes, pinzar y tirar de golpe hacia atrás. Y con el chupete claro, es muy divertido, porque se dobla, y suena al soltar... pero mis pezones, ¡¡AAAYYY!!

Os lo podéis imaginar.
Muy doloroso.
Ahora entiendo a las mujeres que dejan la lactancia a los quince días de empezar, por las grietas. Porque ahora mismo tengo una super-mini-heridita en un pezón, fruto de un mordisco juguetón, y es una tortura.

Y aquí estoy yo, aplicando las mismas técnicas que aplicaría con el cachorro de terrier: chillar cuando muerde (esto no es una verdadera "técnica", es que no podría callarme aunque quisiera), decirle en tono firme "no se muerde", apartarla un momento, y al minuto volverla a poner.


Por ahora, no muy eficaz, lo admito (como con el cachorro, vamos). Ya sé que es cuestión de insistir y de repeticiones, pero lo que acabo haciendo es esperar a que esté medio dormida, y darle la toma entonces. O a que tenga mucha hambre. Y dar gracias a que le encanten las papillas, la comida nuestra, y cualquier cosa que pille, porque por lo menos sé que alimentada está. Que además, lo que no mama durante el día lo intenta compensar por la noche.

Voy a tener que cambiarle el apodo... estoy dudando entre "jack-russell" y "westie"...

jack russell
westie













Os dejo votar a cuál se parece más...

¿alguna sugerencia para dejar de ser un zapato más?

PD: el sábado nos fuimos de aperitivo con algunos blogueros singlu, al puesto que Oh!Celia tiene en el mercado de Antón Martín. Todo riquísimo, y la compañía inmejorable. ¡Me encantó poneros caras y conoceros a todos! Un abrazo fuerte!

Actualizo con el enlace que me ha dejado Suu, por si alguna estáis en mi situación: http://www.unamaternidaddiferente.com/2013/08/muerde-el-pezon.html

Teresa Marías www.psicologiaveterinaria.es

miércoles, 16 de octubre de 2013

Pan especial del día mundial del pan, integral y sin gluten, sin premezclas comerciales


World Bread Day 2013 - 8th edition! Bake loaf of bread on October 16 and blog about it!
Hoy es un día especial. Es el día mundial del pan. Un día en el que hornear y acordarse de lo especial que es el pan para todos nosotros, y lo importante que es poder comerlo.

En estas épocas de crisis, me parece que hay que dar las gracias por poder comer, poder comer pan, y como celíaca, ¡que sepa a pan!

Este pan es un pan "normal", para bocadillo o tomar acompañando la comida. Mojar en el huevo frito, rellenar... para todo. Es blandito por dentro y crujiente por fuera. Y es ligeramente integral, para ayudar a ese difícil tránsito que tenemos los celíacos.

Hoy os presento dos versiones de la misma receta. Llevo mucho tiempo intentando hacer una versión casera de la harina Proceli. Porque es una harina cara y que tiene un regustillo raro, pero que funciona muy bien para las masas. En España se encuentra bastante fácilmente, pero sé que en América no, y en otros países de Europa tampoco.

Y hoy, por fin, he dado en el clavo. Os pongo la receta del pan con harina comercial, con su foto, y la de mi pan "baulero", con su foto. Así decidís y elegís la que más os guste, o la que podáis hacer. Además, es una receta de las de "mezclar y listo", nada de chicles ni calentar, ni pasos raros.

Esta receta no sólo lleva Proceli o maizena, por cierto. Lleva también otras dos harinas: harina de garbanzo y de trigo sarraceno. A mí me gusta mezclar las dos, pero es por sabor. Puedes probar a poner esa misma cantidad sólo de una de las dos harinas, y saldrá bien, aunque algo diferente de sabor. Prueba, y ¡me cuentas cual te gusta más!

Pan con Proceli
Versión 1: pan de verdad, integral, con Proceli:

100 gr de leche normal o de soja (yo uso de soja)
30 gr de aceite de oliva o vegetal
4 claras de huevo (unos 160 gr de clara)
1 cucharadita de sal
20 gr de azúcar
Medio sobre de levadura de panadería
30 gr de harina de garbanzo
20 gr de harina de trigo sarraceno
200 gr de harina Proceli (o Auchan o Special Line)

Pan sin premezcla comercial, casero casero

Versión 2: lo mismo, pero sin premezcla:

100 gr de leche normal o de soja (yo uso de soja)
30 gr de aceite de oliva o vegetal
4 claras de huevo (unos 160 gr de clara)
1 cucharadita de sal
40 gr de azúcar
Medio sobre de levadura de panadería
30 gr de harina de garbanzo
20 gr de harina de trigo sarraceno
100 gr de maizena (almidón de maíz)
10 gr de lecitina de soja
20 gr de semillas de lino molidas
10 gr de goma xantana
una cucharada de vinagre o zumo de limón
una cucharadita de bicarbonato

Preparación en ambos casos:

Primer amasado:
Mezclar los líquidos por un lado, y los sólidos por el otro. Unir batiendo hasta formar una mezcla homogénea. Yo este paso lo hago en la panificadora, y dejo que la máquina amase por mí. Pero no tiene misterio, es mezclar hasta que la masa quede  homogénea. Puedes hacerlo a mano con una paleta (con los dedos es superpegajosa), o en amasadora, o termomix, como amases normalmente. Unos 10 minutos.

Primer levado: 
Deja la masa en forma de bola, y déjala levar 30 minutos-1 hora, hasta que doble, más o menos. Como siempre, en un sitio templado y húmedo. Yo la suelo dejar en la cubeta de la panificadora, con la panificadora apagada. También puedes poner la masa en un bol y meterla en el horno precalentado a 50ºC, apagado, y con un fondillo de agua. También puedes calentar un trapo húmedo en el microondas, y tapar la masa con él, y meter todo esto en el micro apagado.

Segundo amasado:
Unta con maizena una superficie lisa no porosa: la encimera de la cocina, una bandeja, cualquier superficie con papel encerado...
Pon bien de maizena en tus manos y lanza la masa a la encimera. Con una espátula o similar, divide la masa en dos barras o 4 bollitos. Muy rápido, coge la masa con la mano abierta, espolvoreando la maizena que te haga falta para que no se te pegue. Haz la forma que quieras, sin amasar. La maizena es sólo para poder dar forma, la mínima imprescindible, no más. Pon las masas en una bandeja de horno o molde, y hazles las incisiones (las greñas) con un cuchillo bien afilado.

Segundo levado:
Vuelve a meter los panes en el horno calentito pero apagado, o en ese sitio resguardado de la primera vez. Espera otra hora o así, hasta que veas que han doblado el volumen.

Horneado:
Saca el pan del horno, precalienta a 210ºC con calor sólo abajo. Al meter los panes echa un chorro de agua al suelo del horno (yo pongo ahí una bandeja) o echa agua con un spray. Deja media hora con el horno sólo abajo y luego 10-15 minutos más con el horno arriba y abajo, vigilando para que no se quemen.

Miga de pan con proceli

Sácalos, deja enfriar y ¡hazte un bocadillo!

Miga del pan casero casero
PD: si quieres saber más sobre las harinas sin gluten y dónde comprarlas, pincha aquí y lee los anteriores posts.
El lino y la lecitina de soja yo los compro en mercadona, pero los hay en todos los herbolarios y en casi todas las grandes superficies.

Teresa Marías www.psicologiaveterinaria.es

viernes, 11 de octubre de 2013

Maldita semana

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Maldita semana, digo. Bueno, malditos últimos diez días cargados de mocos, toses y malos humores. De los físicos y de los psicológicos.

Todo empezó hace ya, en realidad, 15 días. Me fui a una consulta de un perro con problemas durante el paseo. Me calé. Me empampé. Quién me manda salir a adiestrar con una cazadora vaquera el primer día de otoño. Cayó una tromba de agua que nos dejó a todos con pinta de perro mojado. Y nunca mejor dicho.

A partir de ahí, todo cuesta abajo. Yo empecé con picores de garganta, pero me temo que se lo pegué a Pollito, que se pasó una semana con una tos de esas de ganso que daba miedito. Y se le agrió el humor. Tanto, tanto, que diez días después de pasársele el catarro, seguimos de cabeza. Rabieta tras rabieta, lloros, carreras, y huelga de hambre. Y de sueño. No sabemos qué le pasa.

En casa no ha cambiado nada, y la profe dice que ella no ha notado nada. Si le preguntas a Pollito, tampoco sabe qué le pasa. El otro día Guardabosques consiguió sonsacarle que A (una niña de su clase, de educación especial, que tiene la mano muyyy larga) le había pegado. Pero es que A pega a todo el mundo, profes incluidos, y no creo que haya nada que podamos hacer en ese sentido, aparte de quejarnos a su profe. Que ya hemos hecho, claro.

En medio de todo este asunto, bajamos a nuestra revisión semestral en Digestivo, y nos han dicho que Pollito se ha caído de los percentiles. Debe estar en el percentil 0-1 tanto en talla como en peso. Y eso después de todo un verano en casa, comiendo helados y sin un constipado. La van ha hacer las pruebas de hormona de crecimiento y le repetirán toda la batería de la celiaquía. Y si algo da positivo, pues se le tratará para eso. Y si vuelve a dar negativo (como hasta ahora) pues le tocará biopsia intestinal. Ains, no sé que prefiero. No me alegraría nada que la niña fuera celiaca, pero si lo es, cuanto antes lo sepamos, mejor para todos. Es el no saber qué hacer, ni cómo ayudar lo que nos tiene locos.

Y Gatito, pobre, ella también lo está pasando mal. Esta es su segunda semana de guardería, y no lo lleva nada bien. Y eso que la tienen en brazos casi toda la mañana. Y sí, mientras la tienen en brazos, está bien. Pero en cuanto la bajan al suelo... se va a la puerta llorando. Menos mal que en su guarde tienen a dos profes por clase, y se la turnan. Entre eso, sus dos primeros dientes, y sus primeros tres catarros...  Eso sí, la teta es maravillosa, porque ha pasado por tres catarros, casi sin fiebre y ventilándoselos en 48 horas, mientras que yo sigo arrastrando el que me cogí ese día bajo la lluvia. Y Guardabosques también.

Del cansancio, del no dormir (Pollito tiene pesadillas, Gatito se me agarra cual koala toda la noche, hipando dormida), tenemos los dos una cara que da pena vernos. Me he comprado una crema hidratante de esas que tienen maquillaje y todo (para los que no los sepáis, no me he pintado en la vida). A ver si dejo de dar tanto susto, que mis amigos me preguntan preocupados si estoy enferma.

Pues eso,
Maldita semana...

PD: hoy no pongo fotos, que con esa primera os hacéis una idea de nuestra pinta. Como sigamos así, no nos va a hacer falta disfraz para Halloween.


Teresa Marías www.psicologiaveterinaria.es

miércoles, 9 de octubre de 2013

Perrito nuevo (V): la comida

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Hace ya tiempo empezamos con la serie de entradas de "perrito nuevo": socialización, los primeros días y establecer el vínculo, jugar y acostumbrar al contacto, su nombre y la educación básica, y la higiene. Hoy pasamos al último capítulo (por ahora), sobre la alimentación, tanto desde el punto de vista del educador, como del veterinario (que para eso veo yo el mundo desde ambas perspectivas).

El pienso:

La mejor comida que le puedes dar a tu perro, que sea fácil de dar y equilibrada, es un buen pienso. Hincapié en lo de "BUEN". Elige un pienso específico para su edad y tamaño, de una buena marca. Que la proteína sea de origen animal, de buena calidad y que ponga que sea "carne" y no "subproductos".

Casi cualquier pienso que se venda en una clínica veterinaria o tienda de animales es de buena calidad. Pregunta a tu veterinario, al vendedor si quieres que te recomienden alguno. También puedes investigar por internet un poco, porque hay miles de gamas y de piensos específicos diferentes. Te aconsejo que elijas marcas fáciles de encontrar habitualmente, de gama alta. Es mejor acostumbrarle por lo menos a dos marcas, por si en un momento dado no encontramos la que come habitualmente, saber que el otro le va a gustar y a sentar bien.
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Lo mejor es que tu perro se acostumbre al pienso desde el principio. Sigue los primeros días con la marca que te dieron en casa de su madre, en el albergue, en el criador o en la tienda, pero a partir de la primera semana podrás cambiarlo a otro si quieres. Los cambios no deben ser nunca bruscos, lo mejor es írselo mezclando unos días con el antiguo: al principio casi todo del antiguo y un poco del nuevo, y vas aumentando el nuevo y quitando el antiguo hasta hacerle el cambio total.

Las latas que se venden en la clínica, o en las tiendas especializadas también son un alimento completo. Puedes ponerlas si algún día quieres darle un capricho a tu perro. Las de supermercado no son recomendables, porque llevan toneladas de sal y azúcar, y la carne que llevan no es de buena calidad.

La comida casera :

No es recomendable alimentarle con comida casera, pero no porque no sea buena, sino porque es muy difícil darle una comida realmente equilibrada de este modo. Si quieres darle comida casera de forma habitual, consulta a un veterinario especialista en nutrición para que te haga un menú.

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Una buena alternativa entre el pienso y la comida casera es la comida fresca preparada. La venden en algunas tiendas especializadas, y es equilibrada y de buena calidad, pero es muy cara.

Caprichos sanos:

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Si algún día quiere darle un capricho, puede darle el tipo de alimentos que nosotros llamamos “dieta blanda”: arroz o pasta cocida, pollo, pavo o ternera cocida, queso de Burgos, zanahorias cocidas… con un poco de sal y aceite, pero sin más grasas o especias, que es lo que peor les sienta. Haz ésto como mucho un día por semana o como premio, y no lo hagas habitual. Otros caprichos "sanos" pueden ser: zanahoria o calabaza, cocidas o crudas (a algunos perros les gusta roerlas).
Fruta, entera o aprovechando para darle el corazón o las peladuras... el yogur les suele sentar bien, y no creo que nadie se resista a darle el fondillo del postre a su perro. Algunos perros tienen intolerancia a la lactosa, y la leche les da diarrea, pero otros no. Yo caliento la leche en un cazo, y si calculo mal y sobra... pues mis perros son alegres voluntarios para acabársela y no tirarla.

Si tu perro es de los difíciles, y no quiere su pienso, hay dos normas útiles para conseguirlo: 

Ponle su comida, llama al cachorro, espera 10 o 15 minutos, y si no se ha terminado la ración, llama al cachorro y retira el plato. Dependiendo de la edad del cachorro, habrá que ponerle cuatro, tres o dos veces al día de comer. De adulto, con dos veces es suficiente. No le dejes el plato lleno puesto todo el día, porque el perro se aburre y pierde el interés.

No añadas "extras" encima del pienso si tu perro es melindroso, o se acostumbrará a no comer sin extras. Cuanto más pequeño es el perrito de tamaño, menos come. Mira en el saco de pienso cuanta cantidad hay que darle al día, porque será sorprendentemente pequeña. La mayoría de mis clientes dueños de perro pequeño se quejan de lo poco que comen, pero cuando mides la cantidad diaria, suelen comer más de lo que deberían. Solemos pensar en proporción humana, y un perro de cinco kilos, con media salchicha tiene energía para todo el día. No le des extras o ¡no se comerá ni una bola!

Y por último:
 no hace falta que el perro coma de un plato:


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Puedes poner su ración de comida diaria en un vaso, e irle dando las bolitas a lo largo del día como premio. También puedes usarla para rellenar uno o varios kongs y dejárselos cuando vayas a trabajar, y se quede solito. Así se entretendrá. También puedes jugar a esconderle las bolillas por la casa, y enseñarle a rastrear. ¡La comida puede ser muy divertida!

Teresa Marías www.psicologiaveterinaria.es

viernes, 4 de octubre de 2013

Tarta de plátano y merengue sin gluten (ni lácteos)


Esta tarta es increíble. La probé hace ya muchos años, en Boston. En mi colegio se hace un intercambio en 1º de Bachillerato (yo la hice en 2º de BUP, claro), con otro colegio americano. La madre de mi americana cocinaba muy bien, y éste fue uno de los postres que me preparó. Creo que me zampé casi media tarta de una sentada. No me extraña que mi americana estuviera tan gorda...

Ésta es otra de las masas quebradas que he preparado últimamente. De sabor es de las que más me ha gustado. Pero todavía le queda un "puntito". Si no te apetece el follón, puedes comprar la masa quebrada de la Marca Genius, que creo que está muy buena.

Ya os lo advierto, esta tarta es sencilla pero elaborada. Lleva un fondo de masa quebrada, una capa de plátano laminado, una capa de crema pastelera, y se cubre con merengue. Si tenéis thermomix o robot similar, se hace casi sola. Si no... armaros de paciencia y de brazo fuerte para remover, pero de verdad ¡¡merece la pena!!

Y como siempre, en mi casa no se cocina con gluten ni con leche (PLV), que si no Guardabosques no puede probar. Pongo las dos opciones, con o sin lácteos.

Masa quebrada:

200 gr de Farina Schar
50 gr de harina rica en proteínas (yo puse 25gr garbanzo y 25gr trigo sarraceno)
125 gr de mantequilla (yo puse mitad margarina, mitad aceite de coco) bien fría
100 gr de azúcar
3 yemas
pizca de sal

Tamizar bien las harinas con el azúcar y la sal. Yo las meto en una bolsa de plástico, y agito bien. Poner en un bol o amasadora, junto con la mantequilla cortada en trocitos pequeños. Amasar dando pellizcos con los dedos, para que se integre pero no se engrase. Después añadir las yemas, una a una, hasta que se forme una bola. En la amasadora, poner las harinas y la mantequilla, amasar hasta que se integre, y luego ir echando las yemas una a una con la máquina en marcha hasta que se forme la bola. Meter en una bolsa o envolver en film y a la nevera media hora.

Estos son los puntitos del tenedor

Una vez pasada la media hora, extender con el rodillo sobre un papel vegetal, espolvoreando con un poco de harina si hace falta. Se extiende muy bien, casi no se pega. Poner un molde redondo de quiche encima dado la vuelta, y darle la vuelta a todo el conjunto.

Apretar la masa contra el molde con cuidado, para que coja la forma, pero no se rompa. Cortar el borde dejando como 2 cm de masa de alto, para que quepa bien el relleno. Pinchar la masa con un tenedor, para que no suba. Poner un papel vegetal encima, y verter un buen puñado de garbanzos, judías o bolitas especiales de hornear, para que no suba la masa.
Hornear 30 minutos a 180ºC.

El peso de los garbanzos evita que suba la masa

Para el relleno:

2-3 plátanos maduros : cortar en láminas finas, y poner por encima de la masa, cubriendo todo el fondo en una capa fina. No hace falta que quede muy bonito, porque no se va a ver.


Crema pastelera:
375 gr de leche (yo de soja)
3 yemas y 1 huevo entero
25 gr de maizena
40 gr de azúcar
1 cucharada de azúcar avainillado
unas gotas de aroma de limón, o la ralladura de medio limón

En la thermomix, poner todos los ingredientes en un vaso, la mariposa en las cuchillas, y 7 minutos a temperatura 90ºC, velocidad 2.
Para hacerlo en cazo, ponéis los ingredientes en frío, y se pone a calentar a fuego muy suave, sin parar de remover. Sin que llegue a hervir, calentar unos 8 minutos, hasta que espese.


Esperar que se enfríe un poco y coja un poco más de cuerpo y verter por encima de la capa de plátano. Dejar enfriar un poco antes de poner el merengue por encima.

Merengue:

6 claras (3 de las que sobran de la masa, y las otras 3 que sobran de la crema pastelera)
3 cucharadas soperas de azúcar
pizca de sal
chorrito de zumo de limón o cremor tártaro (sobre morado gasificantes Mercadona)

En una batidora, poner las claras con el chorrito de limón o el cremor tártaro, la pizca de sal y un poco del azúcar. Batir (en la thermomix es con la mariposa puesta, unos 6 minutos a velocidad 3). Una vez estén blancas, firmes y altas, añadir el resto del azúcar poco a poco, sin parar de batir.

Verter el merengue por encima de la capa de crema pastelera, que quede un poco más alto por el centro que por los bordes.


Si tienes soplete pastelero, quema la superficie del merengue. Si no tienes, que es lo más normal, mete la tarta en el horno a 180ºC unos 10 minutos, con calor arriba o grill, hasta que lo veas tostadito. Vigila o se quemará.

Y ya sólo queda ¡Disfrutar!!


PD: Marta, este trocito es para tí. Como no tienes problemas con el gluten, pásate por cualquier sección de refrigerados y te compras una masa quebrada o brisa para hacer la tarta en casa. Y ya puedes maldecirme hasta el fin de tus días... con esta tarta vamos al infierno fijo. El crujiente de la masa, con la pastosidad del plátano, la suavidad de la crema y la esponjosidad del merengue... Ains. Pecado total.

Teresa Marías www.psicologiaveterinaria.es

martes, 1 de octubre de 2013

Perrito nuevo (IV): Baño y cepillado

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Hace ya tiempo empezamos con la serie de entradas de "perrito nuevo": socialización, los primeros días y establecer el vínculo, jugar y acostumbrar al contacto, y su nombre y la educación básica. Hoy pasamos al siguiente capítulo, sobre la "higiene personal" tanto desde el punto de vista del educador, como del veterinario (que para eso veo yo el mundo desde ambas perspectivas).

El baño:
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Es muy importante tener una buena higiene. Con un champú especial para perros puedes bañar a tu cachorro hasta una vez por semana si éste lo necesita, y desde el primer día. El mito de que no se puede lavar a un perro hasta que no está correctamente vacunado está muy extendido, pero es completamente falso. Lo que no debe hacer el cachorro es coger frío, por eso debemos tomar algunas precauciones, pero nada más.

Lávale con agua calentita, en un baño con calefacción, y luego sécale bien por todas partes, con el secador. Nunca le dejes salir húmedo, porque podría coger frío. Pon una manta de goma en el sueño de la bañera para que no se escurra, y un fondo de agua calentita. Deja la cabeza para el final, puedes evitar lavarle la cara las primeras veces si parece que el molesta. Lleva sus premios o su ración de comida al baño. Premia cada vez que se tranquilice, mientras le das masaje por todo el cuerpo con el champú. Lo habitual es lavar a los perros como una vez al mes, y si se ensucia en cualquier momento. Si es alérgico, tiene problemas de piel, o tiene faldones o cualquier cosa que le haga ensuciarse más frecuentemente, se les puede bañar hasta una o dos veces por semana, con champús especiales para pieles delicadas o alérgicas.

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Es muy importante dejar al perro bien seco, para que no se enfríe (y no huela a perro mojado, uff). Si no le gusta el secador, acércaselo poco a poco, de detrás hacia delante, y premia con comida cuando le veas tranquilo. Todos los secadores tienen intensidades de ventilador y de calor. Empieza desde el más frío y más suave, y ve subiendo el calor y la velocidad poquito a poco. Así, premiando cada pasito, podrás enseñarle a aceptar el secador fácilmente.

El cepillado y arreglo del pelo:

Cepillarlo es igual de importante. Dependiendo de la raza del perro y el tipo de pelo, se hará con distinto cepillo, pregunta en tu clínica o peluquería cuál es el más apropiado. Pregunta a alguien que de verdad entienda, y no compres el primer cepillo que te suelten en cualquier tienda. Hay cepillos que no sirven para nada con ningún perro, y cepillos para perros con pelo largo, para los de pelo corto, para los de pelo espeso, cardas, guantes... miles.

Los perros de pelo largo y espeso, tipo Shi-tzu o Yorkshire Terrier, necesitan un cepillado y peinado casi diarios. Y cortes de pelo frecuentes, porque son como nosotros, nunca les deja de crecer el pelo. Los perros de pelo rizado como caniches y perros de agua tienen un pelo que no se cae y también crece todo el rato, como los Schnauzer. Dan menos alergia que otros perros, pero también necesitan cortes de pelo.
kingcoat

Los perros de pelo espeso, que tienen dos capas, tipo Pastor alemán, Labrador, Husky... necesitan cepillados frecuentes, sobre todo en la época de muda. Para eliminar el pelo lanoso, lo mejor es una carda tipo "kingcoat" o "furminator". También funciona muy bien una rasqueta en "U". A éste tipo de perros no se les puede cortar el pelo, porque no les vuelve a crecer bien hasta la siguiente muda. Además, en verano echan el pelo de debajo, el lanoso, y se quedan fresquitos pero con la protección del pelo de verano.

furminator
Los perros de pelo corto y los terrier de pelo duro necesitan menos cuidados, pero también hay que hacerles caso. Cepillarles por lo menos una vez por semana, y acostumbrarles a mirarles entre los deditos, por si se les quedan cardillos. A algunos terrier, como a los westies, ariedales, foxterrier, o a los Schnauzer, se les hace un corte de pelo especial, el trimming o stripping, que consiste en arrancar el pelo lanoso y la muda, dejándolo más cortito con una cuchilla especial. Se hace para los perros de exposición, sobre todo.

Con todos, comienza poco a poco, por las zonas que al perro menos le molestan: del cuello hacia la cola, cabeza, patas y rabo lo último. Según se deja hacer, premia con comida. Premia mogollón. Media ración de su comida diaria por cepillado, si es de pelo espeso o largo.

Si tu perro tiene pelo largo entre los dedos, o le sale de dentro de las orejas, pide que te enseñen a recortarlo para que no le de problemas.

Si tienes dudas, pregunta a un peluquero canino (en las clínicas veterinarias suelen tener peluquería, en algunas tiendas de animales también). Los peluqueros suelen estar encantados de ayudar a los dueños a encontrar el mejor cepillo, y no les suele importar enseñar cómo cepillar o cuidar del pelo de tu perro. Saben que cuanto mejor cuida el dueño de su perro, más fácil será su trabajo...

Las uñas:


Dependiendo de lo que ande tu perro, y las superficies que pise, desgastará sus uñas de manera diferente. A algunos perros nunca hay que cortarles las uñas, otros lo necesitan casi todos los meses. Sobre todo hay que vigilar la uña del primer dedo, que no toca el suelo, y a algunos perros llega a clavárseles en la carne.

Para cortar las uñas, necesitas un cortauñas especial para perros, y un poco de cuidado. Dentro de la uña hay una venita, y si la cortas, duele mucho, y sangra bastante. Si sangra, presiona un algodón con agua oxigenada contra la uña. También venden palitos o polvos hemostáticos especiales para este uso, pero normalmente no hacen falta.

Y como siempre: premia, premia, premia. Coge pata, premia. Sujeta pata, premia. Acerca cortauñas, premia. Corta, premia. Suelta, premia. Repite.

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Los dientes:

La higiene oral también es muy importante. Para ello, lo mejor es el cachorro coma pienso, y que le dé de vez en cuando cosas para morder (huesos prensados, pan duro… nunca huesos "de verdad"). Pero lo mejor es acostumbrarlo a limpiarle los dientes.

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Hay pastas dentales especiales para ellos, con sabor a pollo o hígado, porque las nuestras pueden ser tóxicas si las tragan. También se venden unos líquidos que se echan en el agua de bebida. Es muy importante mantener limpia la boca, entre otras cosas porque el sarro predispone a las enfermedades cardíacas. Si tu perro ya tiene sarro, un veterinario tendrá que hacerle una limpieza de boca con un aparato de ultrasonidos, como se nos hace a nosotros.


¿Cómo de limpito está tu perro?

Vale, a lo mejor esto es pasarse un poco...
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Teresa Marías www.psicologiaveterinaria.es