lunes, 17 de septiembre de 2012

De ilusión también se vive

Dumbo, con la pluma que le "permitía" volar
Una cosa buena que tienen los congresos es que acabas entrando en charlas que no tienen nada que ver contigo, pero decides quedarte y aprovechar el tiempo en vez que tomarte "otro café". Dado que este congreso no era de mi especialidad, tenía dos opciones: quedarme a todas las charlas, o acabar cafeínica perdida. Como estoy embarazada (tengo los cafés limitados), soy celíaca (los bollos quedan descartados) y acudía sola al congreso (luego quedarme de cháchara también descartado)... y además soy muy cotilla... la opción A reinó, y acudí a todas las conferencias que pude.

Os voy a contar una de las que más me interesó, no sólo por el tema, sino porque planteaba algunas cuestiones éticas un tanto ambiguas. La conferencia, de título "The Illusion of Casualty (la ilusión de la causalidad)" la impartía Helena Matute, catedrática de Psicología Experimental en la Universidad de Deusto.

No voy a resumir la charla entera, pero sí voy a intentar lo que es la ilusión de la causalidad, la ilusión de control y las supersticiones.

Los organismos vivos tienen la habilidad de asociar causas a efectos, y esto es crítico para la supervivencia. Cuando uno puede asociar una causa a una consecuencia concreta, puede comenzar a predecir los efectos de sus propias acciones, y las de las acciones de los demás. Además, esto posibilita al individuo el poder manipular él mismo esas causas, para producir los efectos deseados. Pero esta habilidad no es perfecta. A veces dos sucesos ocurren consecutivamente, sin que el primero sea la causa del segundo. Pero debido a que la habilidad de detectar patrones está muy desarrollada en muchas especies (entre ellas la nuestra), a veces se malinterpretan estos casos, y asumimos que un suceso es causa de otro, aunque no estén de ninguna manera relacionados. Esto se llama ilusión de causalidad.

Amuletos de la suerte ¿y quién no tiene?
Así se crean las supersticiones, cuando uno se fija en un hecho sobresaliente, y lo relaciona con un suceso posterior, que por casualidad ocurrió posteriormente. Sales de casa, ves a un gato que se cruza en tu camino, y al minuto tropiezas y caes. Parece que los gatos traen mala suerte... ¿o no tuvo nada que ver? Parece una tontería, algo superado por nuestras mentes racionales. Pero... ¿quién no ha ido a un examen, o ha jugado un partido, con un amuleto "de la suerte"? Ese boli con el que sacamos un sobresaliente, una medallita que nos dió nuestra abuela, ese ritual antes de salir al campo de juego... Repetimos estas acciones, muchas veces conscientes de que son una tontería, pero "por si acaso..."

Cuando estas falsas causas preceden a un determinado efecto el suficiente número de veces, comenzamos a tener lo que se llama ilusión de control. Y es que realmente uno cree conocer las causas para un efecto determinado, porque la relación ha ocurrido varias veces. Cuando uno ha hecho seis exámenes con el mismo boli de la suerte, y los ha superado con éxito, el boli queda marcado para siempre. Da igual que al séptimo examen la pifies, y suspendas. Eso ha sido tu culpa, no la del boli... Por eso Dumbo se aferraba a su pluma, convencido de que era lo único que le permitía volar.

El efecto placebo, cuando una pastilla de azúcar hace el mismo efecto que una pastilla de un fármaco, se basa en esta misma ilusión de control. Y es que en muchas ocasiones las enfermedades se curan solas, casi hagamos lo que hagamos. Nuestro cuerpo tiene sus mecanismos de defensa propios. Así que nos tomamos una pastilla, al día siguiente estamos mejor, y nos creemos que ha sido debido a esa pastilla. Nunca podremos saber si esa pastilla fue de verdad lo que produjo nuestra mejoría, porque no podemos tomar la pastilla/y no tomarla a la vez, para comprobar el efecto de cada acción por separado. Pero bueno, para algo sirven las investigaciones médicas, que hacen estudios ciegos justo para evitar este efecto, y comprobar si realmente un fármaco sirve para algo, o no.

La ilusión de control tiene su lado bueno, y su lado malo.

El lado bueno, es que nos da seguridad, confianza, y nos hace más felices. Pensar en que uno es "polvo en el viento", que depende de situaciones externas totalmente fuera de su control, es una forma de vida ciertamente muy desagradable. Mucho mejor creer que tenemos voz y voto en nuestra marcha, que el tener éxito o no depende de nosotros mismos, y no de una sarta de casualidades.

Uno de los síntomas más frecuentes de la depresión se llama "realismo depresivo" y consiste en que las personas deprimidas se dan más cuenta de la falta de unión entre las causas y los efectos, y son más realistas sobre su capacidad de control. Vamos, de su falta de control sobre su propia vida. Esto hace que se sientan más inseguros, más pesimistas, y se prolongue la situación de depresión. Se ha demostrado que este efecto no es a causa de la depresión en sí, sino que la depresión produce una disminución de la actividad general. Al quedarse la persona parada, produce menos causas. Al no causar nada la propia persona, observa que todos los sucesos que le ocurren no son debido a sus acciones, sino que son por las acciones de otros, o por casualidad, y esto ahonda en su malestar. Una de las terapias que se recomiendan para superar la depresión es la de volver a llevar una vida activa. Al aumentar nuestras acciones, aumentamos la ilusión de control, y la sensación de seguridad, y de felicidad, aumenta.

Pero ¿qué pasa si tienes demasiada ilusión de control? Esto ocurre con la gente que es muy impulsiva, que "hace muchas cosas". Se sienten capaces de controlar todo a su alrededor. Esto provoca que asuman conductas de riesgo que pueden llegar a ser muy peligrosas. Por ejemplo, está demostrado que los ludópatas tienen una ilusión de control mayor que la media.
Otro de los inconvenientes de la ilusión de control es que nos hace repetir conductas que en realidad no son positivas, pensando que sí que lo son. Muchos timos relacionados con suplementos alimenticios, pulseritas (¿Os acordáis de la "PowerBalance"?) y otros elementos curativos mágicos se basan en esto.
La famosa PowerBalance, picó medio mundo...
Y aquí es donde entramos en la ambigüedad de esta charla. Porque en el saco de los "timos" metían a todas las medicinas alternativas. Pero ¿lo son?

Dejemos de lado por un momento su eficacia real, que en muchos casos se desconoce (y no por que no la tengan en algunos casos, sino por falta de estudios). Y centrémonos en el efecto que sí que se ha probado que tienen. Un efecto "placebo", que se basa, en la mayoría de los casos, en tener la atención del practicante centrado en el paciente durante una hora, durante la que escucha sus problemas o simplemente le acompaña. Este tiempo de atención, por sí solo, tiene un efecto positivo grandísimo en la persona que lo recibe, tanto como muchas terapias psicológicas tradicionales (y que se basan en este efecto principalmente).

Así que pienso yo ¿realmente es tan malo dejarse "engañar" un poco?

No estoy abocando a nadie a dejar la medicina tradicional y lanzarse a la alternativa. La medicina general tiene soluciones para muchas enfermedades, muchas veces curativas. Pero existen todavía muchas enfermedades que no tienen tratamiento, o cuyo tratamiento tiene unos efectos secundarios durísimos, o cuyo curso es muy crónico. Para estas enfermedades, en muchos casos, los médicos no tienen "nada que hacer", y así te lo indican. ¿Entonces? ¿Te vas a casa, lo asumes, te deprimes? ¿O buscas solución por otro lado?

Y si esa solución que encuentras no es del todo eficaz, pero te hace salir de allí sintiéndote mejor, con más confianza en ti mismo, más ilusión de control, en general más feliz y menos deprimido ¿no eso lo que te están indicando que hagas como tratamiento a la depresión?

Porque yo estoy a favor del efecto placebo. Si con una pastilla de azúcar me siento igual de bien que con la medicina "de verdad", y no tengo efectos secundarios ¿por qué va a ser mala? Porque ¿qué más da que la pluma no sea efectiva, si es lo que me ayuda a volar?

Y es que sí, de ilusión también se vive...

PD: como sufridora de enfermedad crónica y sin tratamiento curativo, he investigado y probado muchas de estas terapias alternativas. Algunas me han funcionado, otras no. Otro día os cuento cuáles. Lo que sí se, es que cuando tengo un arrechucho, me voy para allá. Porque normalmente me hacen el mismo efecto que los antiinflamatorios, pero no dejan el estómago hecho polvo.

Bibliografía:
The Illusion of Casualty. Helena Matute
SEPEX lecture in the 2nd Joint Meeting of the SEPC and the ISCP, Jaén, September 2012


Teresa Marías www.psicologiaveterinaria.es

6 comentarios:

  1. Me ha gustado muchísimo tu entrada. Da para estar de cháchara toda una tarde, jejeje...Pero en resumidas cuentas diré que yo también estoy muy a favor del efecto placebo. Y por otro lado, como veterinaria, a menudo pienso aquello de que "los animales se curan a pesar del veterinario". Estoy convencida de que en muchísimas ocasiones, dejando que el cuerpo sane a su ritmo e interviniendo un mínimo para proporcionarle cierto bienestar, hay más que suficiente...Además, están los efectos secundarios de tantas medicaciones, que arreglas una cosa y jorobas otras veinte.
    Besote gordo y no dejes de compartir todo esto, me encanta!

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    1. Yo también pienso que a veces la "imposición de manos" es suficiente, y hay muchos catarros, diarreas, etc que yo no trataría médicamente. Peerooo...
      A veces recetas cosas muy inocuas sólo para que el dueño quede contento, o para paliar un poco los síntomas hasta que el animal cura solo. Aquí el efecto placebo es el del dueño, que se siente mejor si le da una pastilla al perro.

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  2. Me encantó tu entrada, muchísimo. Me encantaría saber el efecto placebo para las pesadillas que estoy segura que tiene. Me dicen que pruebe acupumtura e hipnotismo, pero a mí no me termina de gustar la idea.

    Decidí hace muchas años no tomar pastillas, excepto la valeriana que tomo ahora, pero es insuficiente.

    Interesantísimo, como siempre

    Besitos

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    1. Uy, seguro que sí, no creo que haya nada que "cure" las pesadillas, supongo que lo que hacen es ayudar a dormir más profundo, y a que cuando te despiertes no te acuerdes de ellas...
      ¿Sabes a mí lo que me ha ayudado?
      Al revés, intentar recordarla a la mañana siguiente, comentarla con mi marido, y ver qué es lo que me angustia, por qué he tenido esa pesadilla en concreto.
      Tenía una repetitiva sobre que el bebé era un monstruo y me salía por la tripa (estilo "crepúsculo"). Aargg. Era mi angustia de pensar que el bebé podía no estar bien, que todos los síntomas tan a lo bestia que tenía era que el bebé no estaba bien. Entre la siguiente ecografía, y el darme cuenta de lo que era, se me pasó, y no la he vuelto a tener.

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  3. soy de las que he recurrido a la medicina alternativa, y tengo que decir que a mi si me han ayudado mucho, Y ahí sigo trabajando para mejorar mi forma física y mi estado. sólo sé que con la medicina normal, se estropea mi intestino ya dañado de por sí, así que intento la medicina alternativa, y he eliminado el gluten en su mayoría, los lácteos, las grasas animales.... etc.

    Buen artículo!!

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    1. Sí, a mí me pasa igual, cualquier cosita me cae fatal a las tripas... y a las articulaciones... pero en fin, poquito a poco. Yo la leche me la quité varios meses, pero no me sentó mal al reintroducirla. Guardabosques, sin embargo, ya no puede ni probarla. Cada uno es cada uno.
      Un abrazo!!

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