lunes, 30 de abril de 2012

Harinas sin gluten y demás cosas raras

Cuando uno empieza a cocinar sin gluten, y a pasear por los blogs como el que mira escaparates, hay una cosa que llama mucho la atención, y que al principio tira mucho para atrás. "harina panificable" "goma xantana" "almidón agrio de mandioca"

¿Mande?
¿Y eso qué es lo que es?

Se pasa uno meses decidiendo qué comprar, si lo va a necesitar todo o si se puede vivir sin ello. Pues no. No se puede. Al final acabas teniendo una balda en un armario llenita de harinas distintas.

Pero ¿por qué necesitamos tantas? Pues porque  no podemos usar gluten, de cajón ;). A ver, es que el gluten es lo que hace que el pan esté tan rico. Es lo que da el sabor a pan, lo que da esponjosidad, lo que hace que la masa se pueda amasar, que leve lo que tiene que levar y que cuando esté hecho no se desmigue. ¿Y cuando no tenemos gluten? Pues hay que inventar, pero sobre todo hay que mezclar. Las harinas sin gluten son básicamente almidones (el contenido no proteico), que son bastante insípidos. Pero las harinas completas sin gluten "pesan" mucho, y no levan bien.  Así que hay que encontrar una mezcla de varias, que sepa bien, que leve, que no desmigue ... Vamos, que sea parecida a la harina de trigo. Creo que todavía ninguno lo hemos conseguido, pero... estamos en ello. ¿Te animas a intentarlo?

Voy a hacer un "pequeño" resumen de lo que tengo en el armario, para qué sirve, y dónde lo compro.

Harinas "panificables": son mezclas de harinas y productos químicos, cada marca tiene una diferente, con una composición distinta (por eso si cambias en una receta una por otra, puede que te salga un churro). Todas prometen que mezclándolas con agua y sal, sale un pan. Ni de broma, si no lo "tuneas" un poco, no hay quien se lo coma.

Hay un montón, pero las que más uso yo (y casi todos) son:

- Proceli: La venden en Carrefour, ElCorteInglés, y Alcampo (como su marca blanca) y en otras grandes superficies y tiendas especializadas (Maná, por ejemplo). Para mí, es la que mejor "funciona".


- Beiker: es la del Mercadona, pero también la venden en otros sitios. Para mí el pan queda demasiado "tieso", pero si la mezclas con otras cosas, también va bien.

- Mix B Panificable de Schar: en grandes superficies (Carrefour, Alcampo...) y tiendas especializadas. Yo le tengo algo de manía a Schar (mucho paquete, mucha foto, todo caro y luego... nada está tan rico como parece) pero mucha gente habla maravillas. Además es la más cara de las tres. Edito: es la más cara, pero funciona muy bien, y da muy buen sabor. Al final compensa el precio.

Harinas "normales": las compras en el súper, las haces en casa, o se pueden comprar en tiendas especializadas, ecológicas o herbolarios. Mucho cuidado con las trazas, que en muchos molinos se muelen harinas con y sin gluten, y se contaminan.


- Maizena: almidón de maíz. La venden casi en cualquier supermercado. Es la base para la mayoría de las recetas.

- Harina de arroz: lo hay marca Nomen, o el de Hacendado (Mercadona) también es apto. También se compra en casi cualquier super. Como es barata, se usa mucho, pero es más bien insípida, hay que mezclarla.


- Almidón agrio de mandioca (o yuca, o tapioca, es todo lo mismo): apto, seguro, el de la marca Yoki. Los demás, habría que investigar cada caso. La venden en locutorios latinos, tiendas de productos americanos, o en Foody. Yo la he comprado en dos sitios, uno es una tienda de chucherías en el Paseo del Marqués de Zafra 28, o en un locutorio en la calle Alonso Heredia esquina Calle de Agustín Durán. Si sabéis de más sitios, me lo decís y edito la entrada. Cada vez se usa más, porque sabe muy bien, y cuando se calienta y se humedece, se hace como una goma (el "chicle"), que hace que se pueda amasar.

- Harina de garbanzo: Yo la hago en casa, en la termomix (unos minutos, 4-7-9 y luego se cuela, que si no te dejas los dientes). También la puedes hacer en un molinillo de café. Hace un ruido del demonio, eso sí. También puedes comprarla en Foody. Si la compras en otro sitio, cuidado con las trazas. Yo todavía no he encontrado ninguna harina de garbanzo apta, pero me dicen que en los Mercadona de Andalucía sí la tienen, y si no, la marca "Las Panaeras Sevillanas".  Yo la uso para todo, cambiando una cucharada de la harina que sea por una cucharada de esta harina (tampoco más, que es algo pesada). Con esta proporción, da muy buen sabor, y un color doradito apetitoso. Además, vale para rebozar y para hacer tortillitas de camarones.


- Almidón de patata: de la marca Santiveri (en herbolarios), también la tiene Foody. No es copos de puré de patata (que están precocidos). (Aunque a veces también funcionan, y para rebozar están muy ricos).

- Harina de trigo sarraceno o alforfón: el trigo sarraceno no es trigo, es otra planta totalmente distinta. Yo lo compro en grano en el herbolario y lo hago harina como los garbanzos. Se puede comprar como harina ya preparada en Foody y otros lugares, pero cuidado con las trazas (en Foody no hay problema, claro). Puedes cambiar una cucharada de harina por otra de trigo sarraceno, pero no mucho más, que amarga.

- Harina Mix Dolci de Schar: Para repostería (bizcochos y tartas, no para pan). Si quieres que te salga bien, y no comerte el coco con mezclas, puedes usar esta harina. Es cara pero compensa. Para empezar en este mundo, las recetas salen y quedan ricas.

- Leche en polvo: vale, no es una harina, pero también la usamos mucho. La venden en cualquier supermercado. Las harinas sin gluten van muy flojas en proteínas, y con la leche en polvo arreglamos eso (lo mismo que con el huevo). Mi problema es encontrar leche en polvo sin lactosa, que no existe. Se puede usar leche de soja, pero que sea sin gluten.

Levaduras:

- Químicas o de repostería: hay varias marcas aptas, la de Adpan, la de Hacendado... a veces se usa también gasificante (como para hacer gaseosa). Gasificantes también hay varias marcas, el de Hacendado es apto. La levadura Royal NO es apta. Si no usas un mix panificable, conviene echar, además de la levadura de panadería, una cucharadita de levadura química, de gasificante, o de bicarbonato, que ayudará a que leve mejor el pan. El gasificante viene en dos sobres, uno blanco, que puedes usar para montar las claras a punto de nieve más fácil (es ácido tartárico, el cremor tártaro) y el otro (el morado) es bicarbonato.

- De panadería: la levadura de verdad, vamos, el bicho. Puedes comprarla fresca "viva", refrigerada (taquitos marca Levital en el Mercadona, por ejemplo) o seca, liofilizada (marca Maizena, por ejemplo, pero de esta marca, hay que tener cuidado, algunos lotes pueden llevar gluten, y lo pone en la tapa de arriba). Yo antes usaba siempre fresca, que dura unos días en la nevera, o un par de meses congelada (descongelar antes de usar). Lo malo es que el comportamiento depende mucho de cada lote, a veces las cosas suben mucho, otras nada... cada vez uso más la seca, es más cara, pero me da resultados "estables". La seca la venden en grandes superficies, o en tiendas especializadas (Maná, por ejemplo).

Otras "cosas raras":

- Goma Xantana: o Santana, o Xantan. Es una goma, espesante y aglutinante. Hace que las masas sean más elásticas, y no desmiguen una vez cocidas. No es imprescindible pero... yo ya no sabría vivir sin ella. Puedes comprarla en Foody, o en Manuel Riesgo (en la tienda de la calle Desengaño, o en la web). También te la traen si la pides en algunas farmacias. Parece caro, pero se usa muy poquito cada vez (como una cucharadita de café por kg de harina) y tiene una caducidad larga, como de unos dos años.

- Colorantes y otras cosas de "repostería fina": en Riesgo u otras tiendas de productos de repostería, comprobar siempre que no tengan gluten.

- Buttermilk: no tiene nada que ver con nada, pero mucha gente al principio no sabe qué es. No sé dónde se compra, creo que a veces en el Lidl tienen... es el suero que queda cuando haces mantequilla batiendo nata (si tienes termomix, fijo que te ha pasado). Se usa para tartas y bizcochos, aporta humedad, suavidad, y un sabor cremoso muy rico. Para hacerlo en casa, o haces mucha mantequilla, o mezclas un chorrito de limón o vinagre en un vaso de leche (o de yogur, si quieres un resultado más cremoso).

Espero haber resuelto algunas dudas. Otro día vamos con los "trucos del chef": chicles, espumado de levadura.... y esas cosas tan "complicadas" ;)  que salen en  "nuestras" recetas.


Teresa Marías www.psicologiaveterinaria.es

sábado, 28 de abril de 2012

A ver si llega ya la primavera (de una vez)


Por favor, por favor, que llegue el sol...
Tengo a todos los bichos de la casa revolucionados. La gata maúlla y da vueltas como un león enjaulado. De vez en cuando se le dilatan las pupilas, se pone bizca, y ataca a Tosca. Tosca claro, está harta, le gruñe y le lanza un ñasco. Luego se vuelve a su sitio, en el respaldo del sofá (cada vez se parece más a Snoopy, esta perra). Marco me sigue por la casa, adonde quiera que yo vaya, con ojos de cordero degollado...

Tosca, feliz al solecito
Todos están hartos del encierro, de no poder salir, porque no ha parado de llover en una semana, y no pueden más. Y lo que nos queda, que según dicen, hasta finales de la semana que viene no mejora. Qué listos, para cuando acabe el puente, fijo.

¿Y el Pollito? El Pollito también lo nota, pobre. Con lo que le gusta hacer de jardinera en el jardín, que ella con una pala y una regadera es la niña más feliz del mundo... Pues no. Llevamos toda la semana pintando, leyendo cuentos, haciendo castillos, y viendo a Peppa Pig (lo que le gusta este mes, hemos visto los mismos cinco capítulos por lo menos cincuenta veces).

Mi pequeña jardinera
Menos mal que tenemos ya muy en marcha el juego simbólico, y también hemos estado jugando a poner a dormir a "los chicos". "Los chicos" son todos sus muñecos (todos niños, por cierto) que duermen con ella en su cama: Bebé, Pocoyó, Felipe, el Oso, el Elefante... y la pelota... Que menos mal que es de espuma, y está blandita... Pues nada, ella los coge, los baña, les da el biberón y los pone a dormir.

Todos bocabajo y con una servilleta encima cada uno, que les tapa hasta la cabeza... tengo el salón que parece una morgue... Luego me hace bajar las persianas, coger la lamparita, y contarle el cuento de la manzana roja, dos veces seguidas por lo menos. Es un libro que tenía yo de pequeña, con una historia bastante complicada, llena de malentendidos y casualidades, con ladrón y todo. Le encanta.

Su lenguaje está mucho mejor. Ya crea sus propias frases, con sujeto, predicado, artículos y todas las cosillas importantes en su sitio. Y te partes.

Lo primero que dice cuando la metes en la bañera "Hoy no toca pelo". Claro, como se lo lavamos un día sí, dos no, hay muchos días que no toca. "Sí, Pollito, hoy toca pelo". Ojos asombrados "¿en serio?". (Mamá que se troncha) "sí, en serio". "¡Vaaaaaaaleeeeeeee!". Me parto.

Tulipán con viola al fondo
También ha empezado a tener "conversaciones" telefónicas con la familia. No que la familia se entere mucho de lo que cuenta, que sin verle la cara, y sin contexto, no se la entiende mucho... pero ella les cuenta lo que está haciendo, con todo detalle. Ya corre ella solita a coger el teléfono, y le suelta una parrafada a quien quiera que haya llamado. El otro día dejó a un comercial de teléfonos (de esos pesadísimos) con cara de alucine durante bastante rato (hasta que el propio comercial colgó, harto, vamos). A ver si así conseguimos que no nos molesten tanto.

Las caléndulas ya están como locas
Os he dejado unas fotitos del último día que hizo sol, para recordar que todavía hay esperanza, que la primavera ya está llegando. Por lo menos, cuando llegue, con tanta lluvia, las flores estarán espectaculares.

Para mí la primavera no llega hasta que no florece el lilo
¡Y ya casi está!


Teresa Marías www.psicologiaveterinaria.es

martes, 24 de abril de 2012

La domesticación del ¿zorro?: el experimento de Belyaev

Belyaev con sus zorros domesticados
Dmitry K. Belyaev fue un científico ruso, que a finales de los años 50 decidió estudiar el proceso de la domesticación. Él pensaba que los animales domésticos habían evolucionado por un proceso simple: los humanos habían seleccionado en ellos la docilidad, y habían descartado a los animales más agresivos.

Para comprobar esta  hipótesis, diseñó un experimento a largo plazo, con un animal que hasta entonces no había sido domesticado, el zorro (Vulpes vulpes). Compró 130 ejemplares a una granja peletera, y generación tras generación, seleccionó a aquellos zorros que eran menos agresivos con sus cuidadores.

Estos primeros animales, no eran del todo salvajes. Provenían de una granja, así que estaban acostumbrados a vivir en una jaula, pero no se dejaban tocar, y reaccionaban agresivamente hacia los trabajadores del centro.


En 10 generaciones, Belyaev consiguió zorros que se acercaban a sus cuidadores, les lamían, gemían reclamando atención, y se dejaban acariciar. En 35 generaciones, éstos zorros domésticos son el 80% de la población de zorros del estudio.

Pero ésto no es todo. No sólo consiguieron, en estas pocas generaciones, un comportamiento doméstico similar al que pueda tener un perro. Es que la biología de los zorros cambió, igual que su morfología.


Las hembras pasaron de tener un ciclo estral al año (como los lobos), a tener dos (como los perros).

Y los zorros cambiaron de aspecto. Aparecieron individuos de otros colores, blancos, con manchas... su cola se irguió y se volvió curvada, en algunas ocasiones. Las orejas dejaron de ser tiesas, y cayeron... Todas las características físicas de los animales domésticos.


Pero Belyaev nunca seleccionó a sus zorros por su color. Ni por su forma. Ni porque se pudieran reproducir dos veces al año, en vez de solamente una. Belyaev sólo los seleccionó por su capacidad de estar tranquilos en presencia humana. El resto de los caracteres... simplemente acompañaron. Fueron un efecto secundario.

De este experimento se sacan varias conclusiones importantes en cuanto a la domesticación.

La primera, es que es un proceso relativamente rápido. Veinte generaciones pueden parecer muchas, pero evolutivamente  hablando, es un abrir y cerrar de ojos.

La segunda, es que es un proceso en una sola fase. No hace falta seleccionar para la docilidad, y luego para las orejas caídas, y luego para las manchas en la piel... no. Tan sólo con seleccionar para la docilidad, lo demás viene solito.

La tercera, es que cuando seleccionamos para un carácter, no seleccionamos para ese carácter, "limpio". Sin darnos cuenta, seleccionamos para un montón de otras características, que van ligadas a éste carácter principal. Esto puede ser bueno, y darnos un amplio abanico de características "chulas" sobre las que podamos escoger, como diferentes colores, pero también puede ser malo. Por ejemplo, puede producir malformaciones en la mandíbula, prognatismo (cara chata, como los bulldog) o enognatismo (la mandíbula inferior más corta que la superior, frecuente en los yorkies).


Y la última es que ¡¡¡pero si son como perros!!! su conducta es muy similar, a mí me parece alucinante...

¡Y son monísimos!


Bibliografía:


Belyaev, D. K. 1979. Destabilizing selection as a factor in domestication. Journal of Heredity, 70, 301 –308.
Byrne, R. W. 2005. Animal Evolution: Foxy Friends. Current biology, 15, R86–R87.
Trut, L. N. 1999. Early Canid Domestication: The Farm-Fox Experiment. American Scientist, 87, 160–169.


Teresa Marías www.psicologiaveterinaria.es

viernes, 20 de abril de 2012

Dorayakis, sin gluten, sin lactosa, ¿con Doraemon?


Si no sabes qué es un dorayaki, o quién es Doraemon... Es que no tienes niños pequeños, o no te gusta ver la tele por las mañanas. Doraemon es un gato robótico que sale en una serie infantil japonesa. Tiene un bolsillo como un cangurito, del que saca inventos del futuro. Y lo que más le gusta es comer. Y lo que más le gusta comer... ¡Dorayakis!

Doraemon comiendo un dorayaki
Los dorayakis son pequeños bollitos, hechos con un par de tortitas, rellenas o pegadas con pasta anko. La pasta anko es una masa dulce hecha con alubias rojas, también típica japonesa. Aunque a mí me gusta más la nocilla como relleno... La receta la pasaron por el grupo de facebook "500.000 recetas para celíacos", que estamos que no paramos. Creo que la sacaron de aquí. Yo la he adaptado un poco, porque la proporción con nuestras harinas es distinta.

Ingredientes: para 6 dorayakis

200gr de harina de repostería sin gluten: yo suelo poner 100 gr de harina de arroz + 50 gr de maizena + 50 gr de almidón de yuca, marca Yoki
1 huevo
75 ml de agua (o mejor de leche, aunque sea de soja, no es la receta tradicional, pero quedan más ricos)
30gr (1 cucharada sopera) de miel
75 gr de azúcar
4 gr de levadura química (1 cucharadita)
(Por cierto, si no tienes intolerancia al gluten, la receta original son sólo 100 gr de harina de trigo).

Poner en un bol los líquidos, y el huevo. Batiendo con unas varillas, ir añadiendo el azúcar y luego las harinas con la levadura.  Mezclar bien, que no queden grumos. También se puede hacer con la batidora, o en la termomix, pero se mezcla tan fácil, que no merece ni la pena.

Dejar reposar una media hora en el frigo.

Sacar la masa, que es líquida pero espesa. Coger una sartén antiadherente, mejor si es amplia (así se les da la vuelta con mayor facilidad). No hace falta echar aceite, pero se puede untar la sartén con un poco, y quitarla con papel de cocina. Con un cacito, echar en una sartén como medio cacito de la masa. Se expandirá hasta formar un círculo, como un CD de grande, más o menos. Poner a fuego medio, y esperar a que haga agujeritos por toda la superficie.

Lista para darle la vuelta
Con una paleta, meter la punta por debajo, despegar y dar la vuelta a la tortita. Esperar como medio minuto, se despega con cuidado, y se saca a un plato. Hay que tener en cuenta que la masa no tiene nada de grasa, y se pegan algo más que las tortitas  normales, así que hay que tener cuidado para que no se rompan.


Cuando estén todas las tortitas terminadas, se rellenan. Primero hay que ordenar las tortitas de dos en dos, las de tamaño más parecido juntas. Poner una cucharada del relleno que se quiera (pasta anko si te atreves, si no mermelada, chocolate,... en mi caso nocilla). Poner un pegote gordo en medio, y luego repartir por toda la masa. Mejor que quede muy finito por los bordes, para que se pegue bien, y más grueso por el centro.

Pegote gordo en el centro
y ¡a comer dorayakis como Doraemon!


Si te sobran, puedes envolverlas en papel film y congelarlas. Al sacarlas, las calientas en un hornito, o en el micro, y quedan perfectos.



Teresa Marías www.psicologiaveterinaria.es

¿Realidad o ficción?


Hace unos días que no escribo, pero es que he estado poco inspirada. Tengo mucho trabajo con el doctorado, porque he empezado con el trabajo observacional, a la vez que estamos preparando una presentación para un congreso, a la vez que me cargué el ordenador de la manera más tonta y he tenido que recomponerlo, a la vez que la niña sigue sin dormir, a la vez que con rabieta diaria y... estoy agotada. Y con muchísima hambre de dulce, que supongo que es la manera que tiene el cuerpo de decir que necesita a) dormir o b) gasolina porque si no no da para más.

Pero hay algo que desde hace unos días me tiene intrigada. Y es que Pollito ahora habla bastante. Y cuenta cosas.

Pero esas cosas ¿son realidad o fruto de su imaginación?

Unas veces está claro, porque te cuenta situaciones por las que sabes que ha pasado. El otro día vino contando que un niño de su clase se había hecho "caca empima" durante la siesta. Que era verdad.

Pero al día siguiente le dijo la profe que un arañazo que tenía en la mano, y que se acababa de hacer en el patio, "me lo'cho Mi". Que era inventado, claro, que Mi estaba en casita...

Y así, día sí, otro también. Que supongo que a otro niño de su clase hoy le ha sangrado la nariz. Porque es lo suficientemente impresionante para querer contármelo nada más recogerla del cole, y nunca ha visto nada igual, y es difícil de inventar algo así.

Pero ayer, en plena rabieta a las seis de la tarde, decía que le dolía la cara, que un niño la había pegado. La calmé y le dí un besito en la mejilla, y parece que se le pasó. Hoy he preguntado, y ayer nadie la pegó... la última vez fue como hace un mes...

Mirad que "fashion" voy a la nieve
Estos días ha tenido muchos "días malos", muchas rabietas, ha estado bastante triste. Ayer ni siquiera durmió siesta en el cole, después de haberse despertado unas seis/ocho veces (pierdo la cuenta, sobre todo a partir de meterla en nuestra cama) esa noche. ¿Serán las muelas? ¿Le dolerá la tripa? ¿Es una llamada de atención? ¿Tiene "angustia vital", ahora que la adolescencia llega tan pronto?

Cada día cuenta algo, cuando le preguntas qué es lo que le pasa. Que si un niño me ha pegado (ésta es recurrente), que si me duele la cara, que si me duele la tripa... me es imposible distinguir la realidad de lo imaginado/recordado.

Y supongo que nos queda un rato de esto... varios años... lo que espero es que encontremos qué es lo que le está haciendo estar de tan mal humor. Y que saber distinguir realidad de ficción sea sólo cuestión de satisfacer mi curiosidad y no importante para saber si es que está malita, o simplemente de mal humor, porque hace mal tiempo y tenemos que quedarnos en casa en vez de salir al parque.
Sábado en el Puerto de Navacerrada. Primavera ¡Ja!

Seguiremos informando (si es que lo averiguamos).

Actualización a 20/4/12: esta mañana  hemos estado en la pediatra, y la pobre tiene un atasco tripil de tres pares. Le hace falta su momento "allbran", vamos. Así está del humor que está, claro, que eso pone de mal genio a cualquiera... en fin, en un mes tenemos cita en digestivo, a ver que nos dicen.

Teresa Marías www.psicologiaveterinaria.es

domingo, 15 de abril de 2012

¡¡DONUTS!! sin gluten, sin lactosa, pero IGUALES



Éstos donuts deberían tener copyright. En serio, Nuria, no se pueden hacer mejor.
Hoy no tocaba receta en el blog, pero hemos tenido otra kedada en el facebook y no podía dejar de compartir el éxito.

Donuts cumple 50 años. Yo no tengo tantos, pero el bollo que más me ha gustado en mi vida... el donut. Blanco, o de chocolate, me daba igual. Pero donuts. Y de Panrico, claro, nada de imitaciones.

Desde mi diagnóstico, sólo he tomado donuts un par de veces. Si el médico decía que tenía que saltarme la dieta ¿yo que me comía? Pues un donut. Vale, me comía dos.

Guardabosques se pasó tres años "dejándomelos oler". Literal. Él se los compraba, y yo los olía. Sólo con eso, me parecía a mí que era como probarlos un poquito. Hace un año, le diagnosticaron a él la intolerancia a la lactosa. Se acabaron los donuts (toma karma).

Glaseado de café
Pero hoy.... tachán, redoble de tambores..... ¡¡¡Hemos merendado donuts!!!
Así, con tres signos de exclamación. Os dejo la receta, que es del blog de Nuria "Sin Gluten". En este caso, nada de tuneos. Tal cual. Perfectos. Bueno, los tuneos "sin leche".

Ingredientes: 

250gr harina Procelli o Alcampo (o 210g de Procelli y 40g de garbanzo o trigo sarraceno, que queda mejor)
130gr de leche (sin lactosa o de soja, en mi caso o de arroz)
1 huevo
40gr de azúcar
40gr de mantequilla derretida (margarina de aceite de oliva hacendado)
1 sobre de levadura panificable Maizena
Esencia de naranja (o una ralladura de naranja)
1 cucharadita de azúcar avainillado
2 semillas de cardamomo (si es recién comprado, con una vale, que yo me he pasado un pelín). Puedes abrir varias semillas, mezclar con aceite, y esperar un mes. Así tienes aceite con aroma a cardamomo, que se reparte mejor.

Edito: también puedes hacerlos con masa madre: 100gr de masa madre, 80 gr de leche, 1 huevo, 40 gr de azúcar, 40 de mantequilla, medio sobre de levadura maizena, 200 gr de Proceli. El azúcar avainillado, la naranja y el cardamomo.

Se derrite la mantequilla (unos segundos en el micro, e ir vigilando), le añades el huevo y lo bates, y luego la leche templadita. Ésto lo echas en un bol, sobre los demás ingredientes secos. Como es un poco incordio, porque es muy pegajoso todo, yo "hice trampas" y lo mezclé en la panificadora en modo "amasar", como tres minutitos, hasta que hizo bola. No lo hagáis en la termomix, que las cuchillas por lo visto se cargan la masa.

Así queda la masa después de apalizarla
Cogéis la bola de masa, y le dáis una paliza. De verdad. El amasado de los donuts se hace cogiendo la pelota, levantando mucho los brazos, y dejándola caer en la encimera enharinada, con fuerza. Levantáis la masa, y repetís. Así unos 10 minutos, o hasta que haya que quitar harina del techo. Si lo queréis ver de verdad, en el blog de Nuria está el vídeo. Cansa bastante, pero es divertidísimo. Si te vibran los cacharros de la encimera, es que lo estás haciendo bien.

Cuando notas que la masa ha crecido, está flexible y esponjosa, la metes en el horno a levar. Yo pongo el horno a 50ºC mientras amaso, y al acabar, apago el horno, y meto la masa dentro, con un cacharrito con agua caliente, para que no se seque la masa. Esperas una hora.

Así quedan antes de levar

Al cabo de esa hora, sacas la masa, y la estiras con el rodillo hasta que tenga como 1cm de alto. Con un par de moldes haces la forma, con sus agujeritos. Con lo que me sobró, yo hice un bollito redondo, para hacer un pandorino.

Vuelves a meter la masa a levar, como 3/4 de hora, una hora. Se sacan, y se fríen en aceite suave (de oliva o girasol), no muy caliente, para que se hagan bien por dentro. Si pillas la altura del aceite (un pelín por debajo de medio donut) te sale hasta la rayita.


El glaseado:
Una cucharadita de mantequilla o margarina
Azúcar glass o normal
Un pelín de agua tibia
Café soluble en polvo (opcional)


En un cacharrito, pones la mantequilla derretida en el micro, y vas añadiendo azúcar glass mientras remueves, hasta que quede como pegotitos. Añades una cucharadita de agua. Remueves, y te queda como una crema suave. Vas añadiendo más azúcar y más agua hasta que des con la cantidad que necesitas. Si lo quieres de café, disuelves una cucharadita de café soluble en el agua, y la vas añadiendo poquito a poquito.

Cuando los donuts están fritos, echas el glaseado por encima. Con el calorcito, se va derritiendo, y cubre el donut homogéneamente. Al enfriarse, se endurece y hace la costra típica.

Pandorino

El pandorino:
Todo igual, sólo que éste no tiene agujero en medio. Una vez frito, coges un pelapatatas (por ejemplo), lo pinchas y le abres un agujero en medio. Metes una cucharada de Nocilla o Nutella (aptas las dos) en una bolsa zip, le haces un agujero a una esquina, y con esta manga pastelera improvisada rellenas el agujero. Espolvoreas azúcar glass por encima y ¡Bingo! tienes 16 años y estás en el colegio. Los que me conocen saben a qué me refiero.

¡Ñam! Espectacular

Saben exactamente igual que los originales, huelen igual. Y están igual de esponjosos. A Guardabosques se le saltaban las lágrimas. Hemos llenado un huequito en el alma, de verdad.

Si no los hacéis, es que no os gustan los donuts lo suficiente...
Una ola a Nuria, que se lo merece. ¡¡OLEEE!!


Teresa Marías www.psicologiaveterinaria.es

viernes, 13 de abril de 2012

Mona de pascua, sin gluten y sin lactosa


Después de varios intentos, gafes varios, desastres totales con las masas panificables, panificadora sí, panificadora no... voy a dejarlo todo, mandarlo todo a la mier.... y dejar de cocinar porque esto no hay quien lo aguante....

¡¡ÉXITO TOTAL!!

Gracias, Mari Valcarce, GRACIAS, por una receta de mona de pascua que sale. No, que SE SALE. Porque la masa sube, y sube, y SUBE, y leva que da gusto. Y el bollo queda... snif, snif, lagrimita. Esponjoso, suave, tierno, como esos bollos gluteneros que nos comíamos... Eres la reina Mari, de verdad.

Os pongo la receta, con mis "tuneaos" para hacerla sin lácteos total, y que sepa algo menos a harina sin gluten.

Ingredientes:
2 huevos
Medio sobre de levadura seca (¡¡viva la levadura seca!! no vuelvo a la fresca ni loca)
60 gr aceite de oliva
30 ml agua calentita
70 gr azúcar + 1 cucharada azúcar avainillado
160 gr harina procelli o alcampo
60 gr harina de arroz
30 gr harina de garbanzos (el próximo día pondré menos arroz y más garbanzo, todavía sabía un poquito a sin gluten)
Yo además le puse un chorrito de agua de azahar y una cucharadita de canela (que no es lo típico, pero me apetecía)

El resto es facilísimo.
Yo siempre pongo la levadura a espumar: en un vaso de plástico, calientas los 30 ml de agua en el micro unos 20 segundos (calentita, no ardiendo). Echas una cucharadita de azúcar, y la levadura. Y la pones en el radiador. Y a esperar a que la espuma llegue al borde del vaso.
Mientras, poner en la termomix o amasadora, o bol, primero las harinas, luego el azúcar, la vainilla, la canela y el agua de azahar. Luego los huevos, y al final, una vez espumada, el contenido del vaso de levadura.
Batir medio minuto fuerte (vel 6, por ejemplo) y luego amasar (yo dos minutos vel. espiga).
Aceitarse las manos y un papel de horno, y poner la masa allí. Darle forma redondeada, dejándolo caer sobre la mesa y volviéndola a a coger. Luego puedes dividirla en cuatro, y hacer bollitos con formitas típicos de las monas, o si eres vago como yo, le  haces un agujero en medio para hacer una rosca.
Pintas la superficie con huevo batido, y espolvoreas azúcar por encima.
Lo dejas levar hora y media, dos horas. Yo precaliento el horno a 50ºC, lo apago, y meto la masa con un cacharrito de agua caliente. Sube, aunque no mucho.
Ahora, sin tocar nada, subes el horno a 180ºC, yo pongo calor abajo y aire. Y el bollo creció. Y creció. Y creció.


Y mi casa huele, mmmmhhhh..... a panadería en día de Reyes.
Y el bollo, mmmmhhhhh..... Está esponjoso, y suave, y rico.

Creo que son esos dos huevos, que hacen de proteína-gluten, y mejoran la cosa una barbaridad.
Y ¿no lo había dicho? Gracias Mari Valcarce, GRACIAS.

Por cierto, perdonad por las fotos. Era muy tarde, y tenía mucha prisa por hincarle el diente. No le hacen justicia, de verdad.


Teresa Marías www.psicologiaveterinaria.es

lunes, 9 de abril de 2012

Estudio de peligrosidad ¿tratar o no tratar al perro agresivo?


Una de las cosas que ya hago casi inconscientemente cuando empiezo una consulta con un paciente nuevo, es determinar el grado de peligro que presenta el perro (vale, o gato).

Desde que entro por la puerta, observo sus reacciones, la forma de saludar, su lenguaje corporal... y casi igual de importante, el de sus dueños. Después me estudio su cuestionario (que rellenan los propietarios) para ver cómo reacciona en su día a día, en situaciones que no voy a ser capaz de ver por mí misma en la consulta. Con todos estos datos, intento establecer un diagnóstico del problema, pero sobre todo intento hacer una predicción. Bueno, dos.

Este perro ¿Va a morder? (o a volver a morder...)
Y si muerde ¿cuáles serán las consecuencias?

Como digo, es algo que yo ya hago de forma casi inconsciente, sobre todo con los perros que en principio no presentan problemas de agresividad. Con los perros con una historia de agresividad, o los que no tienen todavía historia, pero presentan indicios de que pueden empezar a escribirla, hago un estudio más detallado.

Para ello, hay que fijarse en varios factores, del perro y de sus dueños:

Del perro:

No, no es lo mismo
El tamaño: más que la raza, el tamaño puede ser el punto que marca la diferencia entre un perro peligroso o no tanto. No sólo hay que fijarse en el tamaño "total" del perro, sino en el tamaño de mandíbula, y la fortaleza de ésta. No es lo mismo un teckel de 10 kg que un caniche, por ejemplo. Aunque pesen lo mismo, la boca del teckel tiene una capacidad de mordida mucho mayor. Obviamente, si el perro pasa de los 25kg, da igual la mandíbula que tenga, cuando mayor sea el perro, peores serán las consecuencias de un mordisco. No sólo por el mordisco en sí, sino que cuanto más grande el perro, más alto morderá, y cuanto más alta la herida, normalmente más grave es.

El carácter del perro: Esto lo valoro teniendo en cuenta la raza del perro, y el carácter descrito por los dueños, junto con lo que veo yo en la consulta. Hay que valorar la tenacidad del perro, si responde rápidamente a ligeras amenazas... Sobre todo, la tolerancia a la frustración y el grado de reactividad al contacto físico. Cuanta menos paciencia tenga el perro y menos le guste el contacto físico, mayor probabilidad de que vuelva a morder.

No a todos los perros les gusta el contacto físico
La impulsividad: es el tiempo que tarda el perro desde que se le presenta el estímulo hasta que reacciona agresivamente, y la intensidad de ésta reacción. Hay perros que tardan diez segundos desde que te enfrentas a ellos y te muerden (miran fijamente, gruñen, enseñan los dientes, muerden al aire... y si persistes al final muerden). En cambio, otro perro en la misma situación puede morder sin hacer todo ese recorrido de amenazas. En este caso se habla de que la agresión se ha "instrumentalizado", porque el perro normalmente ha aprendido a saltarse todas las amenazas (porque no le han funcionado en el pasado) y pasa directamente a la acción. Estos perros son los más peligrosos, porque su control es más difícil, ya que no hay tiempo de reacción para el que recibe el ataque.

El tipo de agresividad: si el perro muestra una agresividad defensiva, porque tiene miedo de determinadas situaciones, y su respuesta es morder. O por el contrario, es un perro seguro de sí mismo que amenaza o ataca como forma de controlar su medio ambiente. También hay que tener en cuenta el tipo de mordisco, si es uno o múltiple, si sólo roza, si hace morados, si rompe la piel... y la historia, cuántas veces ha mordido y en cuanto tiempo.


El número de desencadenantes: si el perro se muestra agresivo sólo en situaciones muy concretas, tipo "es que al cartero no lo puede ver" o "podemos hacerle de todo menos mirarle las orejas". O al contrario, al preguntar te encuentras con una lista interminable tipo "no, si es muy bueno, sólo que si le tocas las patas, le bajas del sofá, intentas bañarle, o ponerle la correa, pues intenta morder. Y ya ha mordido a tres vecinos, pero es que le miraron mal" ... Estos casos son más difíciles de tratar ...

De los dueños:

Edad, estado de salud y número: cuantos menos propietarios, más jóvenes y de mejor salud, más tratable será el perro. Los dueños jóvenes pueden reaccionar más rápido y quitarse del peligro, y las heridas, si las llega a haber, cicatrizan mejor y más rápido. Si hay gente enferma en casa, o anciana, las consecuencias de un ataque pueden ser mucho más graves. Cuantos más dueños, más difícil es cumplir con los objetivos de las terapias, con las reglas de conducta en casa, y más complicado es el tratamiento. También hay que tener en cuenta el tamaño o fuerza del perro en comparación con la del dueño o dueños.

Muy buen perro hay que ser para aguantar esto
Niños: Suele ser lo que más determina la peligrosidad del perro. La mayor parte de las agresiones con peores consecuencias se producen a los niños que conviven con el perro. Para mí, muchas veces significan la diferencia entre el "podemos intentarlo" y el "no creo que se pueda tolerar el riesgo". Yo los divido en dos tramos de edad. Aproximadamente, menores o mayores de 7 años. Con los mayores, se les puede implicar en la terapia, y más o menos educar, para que el riesgo sea menor. Digo más o menos. Con los más pequeños... o el caso se ve fácil y claro, o no se puede uno arriesgar. Los niños tan pequeñitos no pueden aprender a tratar al perro de forma especial, gritan, manotean, se agarran del pelo... una pesadilla para un perro con problemas.

Disposición: lo que el propietario está dispuesto a hacer por el perro. Seguir unas normas, una educación, la terapia, si es necesario dar medicación dársela... Hay dueños que llegarían al fin del mundo por su perro, pero otros no tienen tiempo, o capacidad o ganas, y esto hay que tenerlo en cuenta.

Capacidad de control: si el dueño puede controlar al perro en situaciones problemáticas. Si el perro sólo es agresivo con determinadas visitas, y ese ratito puede estar tranquilo en el jardín, o en una habitación, pues es una agresividad controlable. Si el dueño puede ponerle un bozal, a usar un collar de cabezada o está dispuesto a no soltarlo de la correa porque el perro ya ha mordido a otros perros.
Collar de cabezada, o halti
Todas estas cosas son las que hay que tener en cuenta a la hora de diseñar un plan de tratamiento para cada perro. O de decidir que no hay plan de tratamiento, que el riesgo es excesivo. No existen fórmulas matemáticas, sólo el sentido común, poner en la balanza los factores y decidir. A veces es muy fácil, a veces es dificilísimo. A veces el dueño tiene las ideas muy claras, y sólo quiere una segunda opinión que corrobore la que él ya tiene.

Pero a veces los dueños no se dan cuenta del peligro que tienen conviviendo con ellos, en su propia casa. Entonces les explico esta lista, y les cuento qué características de su perro, de su casa, de su familia, son las que me preocupan más. Los farolillos rojos. Porque yo, acaba la sesión, y me voy a mi casa. El riesgo de vivir con un perro agresivo es algo a lo que yo no me voy a enfrentar. La decisión final siempre tiene que tomarla la familia, que es la que se arriesga.

Porque los perros muerden.
Y la agresividad se controla, pero no se cura.


Teresa Marías www.psicologiaveterinaria.es

jueves, 5 de abril de 2012

Re - Colecho

Pre-rabieta
Pues sí, después de una temporada muy buena, en la que Pollito ha estado durmiendo del tirón, comiendo del tirón, y riendo del tirón... estamos pasando una mala racha.

Pollito está comiendo otra vez menos, está más estreñida de nuevo, y se despierta por las noches de dos a tres veces. Lo que nos tiene, a los tres, arrastrándonos, agotados, y de muy mal humor. Los adultos lo solucionamos con mal genio y falta de paciencia, la peque a base de rabieta o llorera diaria. Vamos, un plan.

Tres cucharadas así de contenta... y se acabó
Hemos vuelto a la pediatra, para ver si lo que tiene es dolor de tripa, y  nos ha vuelto a mandar pruebas. Entretanto, hemos decidido volver a colechar.

No es que yo esté en contra del colecho, al revés estoy muy a favor. Pero Pollito se mueve muchísimo y da patadas y cabezazos, durante toooda la noche. Dormir con ella es una mezcla de pelea de cabra montés, partido de fútbol y ring de boxeo.  Total, que ella duerme mucho mejor, pero nosotros... pues no tanto.

Pensando seriamente si merece la pena echarse a llorar
Pero al final, con tanto paseo arriba y abajo a su habitación a las 3 de la mañana, hemos decidido que mejor dormir apaleados que no dormir. La acostamos en su camita, con sus muñecos, su Tosca, su búho, y su flamenco. Le leemos el cuento, se toma el biberón, le cantamos una nana, y a dormir. Hasta aquí, todo bien. Normalmente, como a las 12-1 de la mañana, tenemos función. Agua, pis, upa... lo que toque. Antes, uno de los dos iba, la atendía, y la volvía a dejar. Ahora, al primer lloro, ¡para dentro!

Me encanta tenerla a mi lado, olerla, abrazarla, y calmarla cuando de repente a las 6 de la mañana se despierta llorando "¡No quiero lavarme los dientes en la calle!" (????). Como tardas poquito en calmarla, enseguida se vuelve a dormir. Y cuando te despierta acariciándote la cara con sus manitas... te derrites.

Eso sí, hasta el siguiente cabezazo.

Yo soy la de la izquierda

¡Feliz Semana Santa!

Teresa Marías www.psicologiaveterinaria.es